El alto índice de sobrepeso y obesidad en los niños requiere medidas urgentes, no sólo para revertirlo sino para prevenir que aumente la imparable escalada de los últimos años. Por eso, las madres son invitadas a ser las líderes en este desafío, acompañadas por el resto de la familia que debe comprometerse para detener esta enfermedad. Es lo que postula la “Guía de Educación, Prevención y Tratamiento de la Obesidad Infantil”, dirigida a los padres y desarrollada por el pediatra Hipólito Filice, coordinador del programa de Obesidad Infantil del hospital Español.
Según el documento, para avanzar en la batalla contra la epidemia la herramienta fundamental es el compromiso de los padres, que tienen la obligación de resguardar su salud. Para ello debe haber un acuerdo entre los miembros de la familia y contar con el apoyo de un equipo interdisciplinario.
La Guía explica por qué se elige a la madre para este rol: el amor por sus hijos es incondicional, sustentado en la confianza y con iniciativa, mientras que al mismo tiempo sus determinaciones son aceptadas por sus hijos, debido a su condición de líder.
El doctor Filice agregó que es ella la que toma mayormente las decisiones sobre los hábitos alimentarios, y es quien tiene generalmente poder para definir lo que se compra y cómo se cocina, dos instancias definitorias. A partir de esto, formará y educará al resto del grupo pero primero “ella debe querer ser educada”.
Asimismo, destacó que la actividad física es otro recurso indispensable. “El niño debe realizar cualquiera, la que le guste, de manera progresiva y permanente, alrededor de 160 minutos por semana”, señaló.
Además del exceso de alimentos (o inadecuados) y la inactividad física, la ansiedad, el estrés crónico y la genética fueron apuntados como las principales causas de la obesidad infantil.
El programa del Español se suma a la nueva tendencia que apunta a evitar las dietas y a la educación para la adquisición de hábitos saludables.
Consecuencias a largo plazo
Según datos del Programa de Sanidad Escolar (Prosane), relevados en 2013 entre niños de 6 y 11 años, 38% presenta sobrepeso u obesidad. Se trata de patologías declaradas epidemia por la Organización Mundial de la Salud, que generan gran preocupación a nivel mundial y que son la antesala de otras enfermedades como diabetes, hipertensión o colesterol elevado, que en definitiva pueden llevar al síndrome metabólico.
Si ya desde la infancia aparece esta problemática, las probabilidades de desarrollar algunas de ellas se anticipan con severas consecuencias sobre la salud. Incluso Filice resaltó que “la obesidad destruye la calidad de vida y disminuye de 10 a 13 años la expectativa de vida de las personas”. De allí la importancia que le atribuye a la necesidad de una nueva educación en este sentido con fines preventivos.
Por otra parte, “en el colegio, los compañeros son muy discriminatorios con estos niños” -dice el pediatra-, con las consiguientes consecuencias psicológicas y de sociabilidad e integración.
En tanto, la ansiedad es una de las características que lleva a los chicos a la mala alimentación. Según explicó el médico, ésta puede verse aumentada por la diferenciación en el ámbito escolar.
El peso de la genética
Filice resaltó además la incidencia de la genética, que es la respuesta que se le da a muchos papás que aseguran que su hijo aumenta de peso pese a que se alimenta adecuadamente. “Si un papá es obeso el niño tendrá 40% más de posibilidades de desarrollarlo, pero si los dos progenitores están afectados esta probabilidad asciende al 80%”, destacó.
Pero dijo que combatirla es posible, lo que requerirá también de la adquisición de hábitos alimentarios saludables y actividad física programada.
Para avanzar sobre el diagnóstico y tratamiento es que el equipo interdisciplinario del programa se ha asociado a un grupo de profesionales españoles. Filice explicó que ya se ha identificado a qué cromosoma pertenece la alteración: se trata del número 7, que es el encargado de regular la leptina, una hormona que suprime la sensación de hambre.
Punto por punto
Hipólito Filice detalló algunos aspectos fundamentales a tener en cuenta para prevenir o revertir el sobrepeso o la obesidad en los pequeños.
1- La compra. Entre 30 y 40% del posterior consumo de calorías puede reducirse al seleccionar los productos. Por ello sugirió prestar más atención a leer etiquetas y evitar pasar por aquellos pasillos que contienen productos calóricos o poco saludables. Dio como ejemplo que cuando se adquiere carne molida es preferible elegir un corte magro y pedir que sea procesado, ya que cada gramo de grasa aporta 9,3 calorías.
2- Porciones. Informarse a través de las etiquetas sobre las porciones a las que refieren los valores nutricionales aportados para así elegir el más saludable y descartar los otros.
3- Sustitución. Paulatinamente sustituir los alimentos disponibles en el hogar y priorizar la compra de frutas y verduras.
4- Preparación. Los pequeños cambios pueden aportar grandes beneficios. Desterrar los fritos, medir la cantidad de aceites de las ensaladas y considerar las porciones adecuadas para cada edad, que no se abuse de los hidratos de carbono y que se consuma un litro de agua por día (no reemplazable por jugos o gaseosas)
5- Masticación. Es necesaria para favorecer la saciedad y adecuada absorción de los nutrientes. "Primero hay que deglutir y luego tomar el otro bocado", dice el médico, que asegura que también sirve de paragolpe para la ansiedad.
El programa
El programa preventivo de Educación y Tratamiento del Hospital Español aborda la problemática de manera interdisciplinaria. Al ingresar se realizan una serie de análisis clínicos e incluye tratamiento con nutricionista, salud mental, actividad física grupal y talleres de teatro y cocina.
Pueden acceder personas que no sean socias del nosocomio con la cobertura de su obra social.