Propina, una costumbre bajo la lupa

En Estados Unidos ha empezado un movimiento para terminar con este pago extra a los mozos. Sin embargo, en Mendoza todos los trabajadores del rubro la defienden porque dicen que tienen sueldos bajos. Cuánto dejan los mendocinos y cuánto los turistas.

Propina, una costumbre bajo la lupa

La mecha se encendió en Estados Unidos y ya está dando que hablar, no sólo en el país del norte sino también en Argentina (y, como no podía ser de otra manera, en Mendoza). Danny Meyer, magnate dueño de una cadena norteamericana de restaurantes, decidió recientemente terminar con las propinas en sus locales (ver aparte). A cambio, decidió mejorar y adecuar la remuneración de sus empleados, así como también sus condiciones laborales y de crecimiento. Para Meyer, la práctica de dejar propinas se transformaba en un “obstáculo” a la hora de optimizar las posibilidades de crecimiento.

Pero por distintos motivos, en Mendoza tanto mozos como dueños de restaurantes y bares consultados consideran que la propina debe ser mantenida, puesto que da un valor agregado al trabajo y esfuerzo de los mozos. Incluso, algunos trabajadores manifiestan que desconfían de la posibilidad de que los empresarios aumenten en verdad los sueldos lo suficiente como para poder eliminar la propina definitivamente (como se plantea en Estados Unidos). En tanto, otros mozos resaltan -admitiendo que su actividad no está bien remunerada- que la propina les representa la mitad de los ingresos mensuales por su trabajo.

Desde la filial Mendoza de la Asociación de Empresarios Hoteleros y Gastronómicos de Argentina (Aehga), que nuclea a las empresas y trabajadores del rubro, indicaron que hace un tiempo ya se planteó en la provincia la posibilidad de blanquear la propina, aunque esto no prosperó ya que este ítem empezaría a tributar y generaría más gastos de comercio.

Según cuentan los mozos, los turistas europeos son los que suelen dejar más propina en los locales de la provincia, mientras que los mendocinos difícilmente superan el 10% del titak de la cuenta. Los estadounidenses y chilenos prácticamente no dejan nada.

Sí a la propina

Diego, quien trabaja de mozo en un reconocido pub del centro mendocino, considera que la idea de eliminar la propina y trasladarla al sueldo fijo y en blanco -como se está planteando en Estados Unidos- “está buenísima”, aunque ve lejano que se pueda implementar en Mendoza. “Por más que lo asignen como ley, el dueño de bar que quiera sacar la propina lo va a hacer y no va a subir los sueldos lo suficiente, por lo que se va a cobrar mucho menos. Un mozo de un local como en el que yo trabajo cobra de sueldo, promedio, 5.000 pesos. Y en propinas estamos sacando otros 5.000 pesos, por lo que tiramos la mitad del mes con ella”, indica el joven.

Otra de las posibilidades para "absorber" el dinero de las propinas sería llevar ese porcentaje a los precios de carta. "Pero si se hace eso, encarecería todo. Y asustaría a la gente. Con los precios que hay en Mendoza sería imposible llevarlo a la carta", agrega Diego.
Por su parte, Camila -quien trabaja en un pub de calle Arístides Villanueva- también se refiere a las condiciones laborales de los mozos: "Muchos estamos en negro. Sería genial un aumento de sueldo, pero también más control sobre quienes están trabajando y el tiempo real. Porque los que están en blanco figuran sólo con 4 horas, cuando en realidad están 8 como mínimo y hasta 10. Somos todos jóvenes, la mayoría estudiantes y estaría bueno que el Estado controle bien esto".

Carina, empleada de un café de la Peatonal, también prefiere que se mantengan separados sueldo y propinas. “Generalmente lo que es gastronomía en Mendoza no está muy bien pago. Hay que entender que sueldo y propina son dos cosas diferentes, pero me parece que estaría bueno que en el ticket se incluya y discrimine la propina. No tanto en Mendoza, pero en otras provincias -principalmente en los restaurantes- se cobra cubierto obligatorio, que es una forma de suplantar la propina”, explica.

“A veces el empleador se agarra de la propina para no mejorar sueldos. Pero creo que no debería ser obligatoria, ya que es una gentileza o agradecimiento por una buena atención”, indica a su turno Belén, de otro café ubicado en la Peatonal.

Desde Aehga, Fausto Manrique (quien además es el encargado del bar PH, ubicado en la Arístides) también defiende la idea de no mezclar la cuenta de lo consumido con la propina voluntaria. “Hace un tiempo se habló de la posibilidad de legalizar la propina e intentó llevarse adelante, pero no avanzó. Ocurre que, en caso de blanquearla, la propina empezaría a tributar y ocasionaría más gastos en el comercio. No es un momento propicio para legalizarla”, sintetiza el empresario.

Generosidad europea

Más allá de los defensores y detractores de este aporte voluntario ajeno a la cuenta final, surge otro tema a tener en cuenta: ¿se deja propina en Mendoza?

“Depende mucho de lo que consuma la gente. Por ejemplo, si toman un café o algo chico, no dejan nada. Y en lo que se refiere a turistas, los estadounidenses no suelen dejar nada tampoco, parece que no estuvieran acostumbrados a dejar. Los europeos sí dejan, y bastante: entre 15 y 20%. Y los mendocinos son los más variados. Cuando vienen en un grupo grande, cada uno deja 10 ó 20 pesos y es una buena propina. Siempre dejan como mínimo 5%. Pero que dejen más de 10% es imposible”, sintetiza Diego, de un pub céntrico.

Por su parte, Camila -moza de un local de calle Arístides- también destaca que no existe una conducta única. “En muchos lugares como en el que yo trabajo la propina es divida entre la cocina y la barra, y la verdad es que es muy variado. Para lo que es cena y almuerzo, el mendocino deja propina en su mayoría. Distinto es cuando toman un café, que dejan muy poco. Los extranjeros suelen no dejar y yo siempre les aclaro que la propina no está incluida en el ticket, para que sepan. Eso sí, los que más propina dejan son los que alguna vez en su vida fueron mozos”, reconoce.

“En Estados Unidos suelen dejar 10% de propina, y se deposita en la cuenta de los trabajadores. Pero en Mendoza es muy raro que se deje 10% o el porcentaje que sea, no tenemos esa tradición. Con el turista pasa algo muy similar: directamente se acercan a la caja a pedir y no están acostumbrados al servicio de mesa. Y cuando se los atiende, tampoco están acostumbrados a dejar propina si no le decís o recordás la posibilidad. Esa recomendación tiene que hacerse muy sutilmente también”, cuenta por su parte Carina (de un bar de Peatonal Sarmiento.

“Depende mucho del perfil del restaurante. En los más clásicos, la gente llega sabiendo y contemplando ese ítem. Pero en los de público joven no se acostumbra mucho. Al turista, en tanto, hay que explicarle que la propina no está incluida en el total. Cuando vas a Chile, por ejemplo, al final del ticket suele venir detallada -como ‘sugerida’- el 10% de propina. Y la cuenta final lo incluye. Acá en Mendoza lo que hacemos es sugerirle personalmente al cliente, pero sigue siendo voluntaria”, indica Manrique.

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