De por sí, la temporada de verano en la Costa Atlántica suele estar signada por la inestabilidad. Las tormentas suelen ser aquel invitado que llega a la playa sin que nadie lo haya llamado, y que nos borra esa sonrisa con la que bajamos del auto o del micro y pisamos por fin la arena.
Para este verano, las lluvias serán más protagonistas que nunca, según está pronosticado. Desde el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) especificaron que el fenómeno climático El Niño que vivimos por estos días en Argentina es el cuarto más fuerte de los últimos 50 años y sus consecuencias estarán presentes hasta entrado el otoño 2016. En pocas palabras: se espera una primavera y un verano más frescos y lluviosos que de costumbre en gran parte del territorio nacional.
“Lo normal para la Costa Atlántica, principalmente lo que es la zona de Mar del Plata, es que en temporada haya entre siete y ocho días de lluvia por mes (en diciembre, enero, febrero y marzo), y que se acumulen entre 90 y 100 milímetros de agua. O sea, ya de por sí el registro histórico habla de una inestabilidad, independientemente de haya Niño o no, porque estamos hablando de una proporción de tres días sin lluvia por uno con precipitaciones”, destacó el meteorólogo Pedro Mazza.
Pero según anticipó, este año se espera que haya más precipitaciones, o bien que sean más voluminosas e intensas. “Se debe a la presencia de la tormenta de El Niño y se espera que haya más frecuencia de tormentas eléctricas. Quizás no aumente la cantidad de tormentas, pero sí la intensidad”, indicó.
En todo el país
Indig Fernández, del SMN, destacó que se trata de un año histórico para El Niño en toda la región. "Durante setiembre, en el centro y el sur del país hubo condiciones más frías de las esperables, aunque con precipitaciones escasas. A diferencia de lo que ocurrió en invierno, que fueron muy comunes las precipitaciones, setiembre empezó seco. Aunque durante los últimos días hubo un cambio de circulación en la atmósfera", destacó la especialista basándose en el informe trimestral con que cuenta la entidad nacional y que permite observar las condiciones extendidas hasta fin de año.
Octubre comenzó -y va a continuar- con un exceso de calor en el Norte del país, con temperaturas superiores a los 30 grados (han llegado a 40 en Formosa). Pero en el centro y sur las irrupciones de aire frío vienen siendo una constante.
“Son condiciones climáticas y temperaturas más bajas de lo normal. En el norte de la Patagonia, el centro del país y el Litoral, las precipitaciones están siendo levemente superiores a la media. En Corrientes, Misiones, Entre Ríos, y en el este de Santa Fe, Chaco y Formosa -en tanto-, las precipitaciones están siendo claramente superiores a lo normal. Y estas son condiciones asociadas a El Niño, ya que tenemos un año de Niño fuerte: el cuarto más fuerte de los últimos 50 años”, destacaron desde el SMN.
En la región central y pampeana, en tanto, también las condiciones favorecen a las lluvias. Y es esto lo que permite avizorar un verano pasado por agua en la costa bonaerense. “En la Provincia de Buenos Aires, durante el fin de año, las precipitaciones suelen estar por encima de la media. En 2015, teniendo en cuenta El Niño, se observa que van a ser más altas aún”, indicó Fernández.
Asimismo, se espera que El Niño continúe hasta llegado el otoño, con lluvias y tormentas más intensas, días nublados y -por ende- temperaturas más bajas de lo normal.
Mazza, en tanto, explicó que El Niño tiene su origen en el Pacífico Ecuatorial, más precisamente cuando aumenta la temperatura en la superficie del mar.
“En América del Sur se registran lluvias torrenciales por este fenómeno, especialmente en el sur de Brasil, el este de Paraguay y el noreste de Argentina. Eso inyecta más calor y humedad a las cuencas de los ríos, que son los que llegan a Buenos Aires. Son condiciones que hacen que las tormentas sean más propensas. El evento de El Niño va a ser uno de los más importantes de las últimas décadas, con más lluvias de lo normal”, indicó Mazza.
Por esta razón, a la malla, las toallas, las ojotas y al resto del tradicional equipaje que se lleva a la Costa será necesario agregarle buzos, impermeables y -por qué no- un paraguas.
En Mendoza también habrá más lluvias
La primavera todavía brilla por su ausencia en nuestra provincia. Es que, más allá de que el mismo 21 de setiembre -y los días anteriores y posteriores- el tiempo estuvo más cerca de lo que todos conocemos como primavera, octubre comenzó con el invierno enclavado en Mendoza.
Bajas temperaturas, lluvias y hasta nieve en algunos departamentos son las postales mendocinas de estos días, y a ello se suma que el pronóstico para este fin de semana no es muy alentador (o calentador), ya que recién mañana por la tarde podría empezar a mejorar el tiempo.
La máxima de ayer apenas rozó los 12 grados, mientras que para hoy se espera una mínima de 6 grados y una máxima de 13, continuando las lluvias y el viento. Incluso, lejos de lo que se espera para la primavera, el viernes nevó en Tupungato y Malargüe.
Por las lluvias y las bajas temperaturas, varios eventos que se iban a realizar al aire libre tuvieron que ser reprogramados (como el WineDay, el GreenMarket, la Peatonal del Vino y la Fiesta de las Colectividades de Guaymallén).
Según especificó Indig Fernández, del Servicio Meteorológico Nacional, las mismas condiciones de El Niño que anuncian un verano fresco y lluvioso en la Costa Atlántica y en otras regiones del país también se sentirán en Mendoza.
“En lo que se refiere a la zona de Cuyo, más especialmente en el centro y el sur de Mendoza, se espera un diciembre con más precipitaciones de lo normal. Y hay que tener en cuenta que se espera que estas características de El Niño continúen hasta el otoño”, sintetizó.