Antes de fin de año. Ese es el plazo que han anunciado desde Gobierno para concluir la tantas veces postergada doble vía Luján-Tunuyán de la ruta 40. Los trabajos de construcción de calzada ya llegan a la zona del establecimiento Furno, que es el punto final de esta obra clave para los mendocinos que ha estado signada por la polémica.
Después de que pasara varios meses semiparalizada, la empresa constructora reanudó hace un tiempo los trabajos a muy buen ritmo. Esto es lo que pudieron comprobar el martes -en un recorrido que realizaron para revisar los avances de obra- el ministro de Infraestructura, Rolando Baldasso, y el intendente de Tunuyán, Martín Aveiro.
Fue Baldasso quien estimó que la nueva traza de este eje troncal, que vincula el norte con el sur de la provincia, podría estar inaugurada en diciembre. "Somos optimistas. La obra se está llevando a cabo con siete frentes de trabajo a la vez", expuso el funcionario y enumeró -entre otras tareas- las de asfaltado, alcantarillas, red eléctrica, dársenas de estacionamiento y construcción de las viviendas destinadas para los organismos que realizan controles de ruta en el paraje de Zapata.
El desarrollo de este nodo vial en Zapata constituye una de las ampliaciones que se le adjuntaron al proyecto y financiamiento inicial. Sucede que para construir la rotonda (en realidad se trata de un "intercambiador de tránsito con retornos y carriles de aceleración y desaceleración") en el empalme de la ruta 40 con la 88 que viene de Tupungato; había que levantar las oficinas donde funcionarán los organismos que hoy realizan los controles viales allí. A unos 800 metros al norte de esta intersección, hoy se pueden ver las casas de techos verdes donde trabajarán los agentes de la Policía, Gendarmería y el Iscamen. Según Baldasso, en dos meses estas construcciones estarán terminadas.
Las demoras y postergaciones en la construcción de esta traza cosecharon cuestionamientos y varios pedidos de informes de la oposición. Sucede que los plazos y presupuestos convenidos inicialmente con la empresa concesionaria (José Cartellone SA) presentaron grandes variaciones en el transcurso de la obra.
Los cerca de cuatro kilómetros que separan Zapata de la intersección con la ruta 96 (ex empacadora Furno) constituyen el último tramo de una obra que arrancó en el 2001 y que se propuso unir con doble vía la ruta 40 desde Luján hasta Tunuyán. Desde el inicio de las tareas -en tiempos en que Roberto Iglesias era gobernador- se ha avanzado a un promedio de 4,5 kilómetros por año, con grandes baches entre la inauguración de un tramo y el siguiente.
Lo cierto es que ciertas complicaciones que presentó el terreno y deficiencias del proyecto inicial obligaron a sumar modificaciones a la obra que no habían sido previstas. Entre los trabajos agregados y la renegociación de precios con la empresa (producto de los procesos inflacionarios), el presupuesto pactado en 280 millones de pesos subió a 360 millones de pesos, según indicó el propio Baldasso.
"Se trata de una obra compleja", dijo el ministro y señaló que las tareas cerca de Furno que hoy implican la construcción de dos calzadas asfaltadas centrales y dos carriles alternativos. Por su parte, Aveiro destacó la importancia que este camino tiene para la región. Además, de poder pensar en otras vías derivadoras de la carga pesada para el futuro, como la planeada para conectar el Valle de Uco con Rivadavia.