"Te esperamos... nosotros curamos tus heridas" reza un cartel ubicado en la sala 115 del hospital Central. Allí funciona desde hace cuatro años el Programa Úlcera por Presión que ha logrado reducir el tiempo de internación de los pacientes ulcerados en ese nosocomio y por el que ya han pasado más de 200 personas.
Todas las mañanas los licenciados en enfermería Adriana Sánchez y Víctor Terrero salen con su valija en mano y visitan a aquellas personas que solicitan de su intervención.
"El programa se inició en 2010 con el objetivo de disminuir, prevenir y detectar los pacientes escarados, mientras estuvieran internados" comenzó a explicar Terrero, a lo que su compañera agregó: "Antes los curaban los residentes o los enfermeros de sala, y el problema era que un médico los trataba con una cosa, venía otro al día siguiente con otra, lo que hacía que no evolucionaran favorablemente; ahora nosotros les hacemos el tratamiento y el seguimiento".
Por este cambio ellos notan la rápida recuperación de los afectados que no tienen que quedarse en el hospital para que se los siga atendiendo ya que también realizan atención ambulatoria.
"El paciente compensado hemodinámicamente con su diagnóstico de base puede irse a su casa aún con su úlcera o escara. Luego nosotros lo citamos al consultorio y lo atendemos los días lunes, miércoles y viernes de 9 a 10.30", expuso Sánchez, y subrayó que esto le trae grandes beneficios al nosocomio al reducir los costos de internación, en gastos de antibióticos y en escaractomías simples (extracción quirúrgica de escaras) que anteriormente se realizaban en quirófano y los profesionales de la enfermería realizan en la misma sala.
"Es un trabajo muy minucioso el que hacen y realmente han logrado resultados que benefician al Central", destacó Graciela Vargas, jefa del departamento de Enfermería.
Si bien en un principio se ocupaban únicamente las úlceras, con el tiempo su intervención se fue extendiendo a todo tipo de heridas: "Al ver la metodología y la efectividad que logramos, se nos abrió un abanico muy grande y nos empezaron a llamar médicos de vascular, endocrinología, oncología, traumatología, hematología, ginecología, entre otras especialidades", comentaron los encargados.
Jorge Peñaloza (58) es uno de los pacientes del programa. El hombre padece una pancreatitis y lleva más de cinco meses internado luego de haber superado un estado de coma: "Una de las cosas que más me molestan es la escara y ellos vienen todos los días a curarme sin causarme dolor", relató desde su cama del nosocomio quien ya ve los resultados: "Yo mismo noto cómo va mejorando, se ha achicado bastante y parece que se va cerrando", comentó el paciente, acompañado de su esposa Cecilia.
No a los antisépticos
Para el tratamiento de las lesiones los expertos no utilizan antisépticos (agua oxigenada, clorhexidina, yodo) ni ningún tipo de remedio casero, elementos que recomiendan se dejen de utilizar masivamente.
"Se ha comprobado que todos los antisépticos son citotóxicos para las heridas, pueden producir dermatitis, irritación, queman la células sanas, sin embargo sabemos que muchos colegas los siguen usando", señaló la licenciada Sánchez.
Con respecto al azúcar, limón, aloe vera y otros productos que se utilizan a modo casero para curar lesiones afirmó que su eficacia no está comprobada científicamente.
Ellos en cambio utilizan solución fisiológica, parches hidrocoloides y alginato.
"El parche hidrocoloide cumple la función de desbridar tejido necrótico o fibrina, o sea de limpiar o arrastrar el tejido muerto que ya no recibe irrigación venosa, ni oxigenación", detalló Terrero y continuó: "El alginato está hecho a base de algas marinas y cumple la función de granular, proceso previo a la cicatrización".
Los especialistas explicaron que en primer lugar utilizan los parches y una vez que la herida está limpia el alginato.
"Nos parece importante aclarar que hay productos en el mercado que responden en menos tiempo, pero en nuestro hospital al tener pacientes que no tienen recursos ni son mutualizados sería imposible que los utilizáramos, porque en la mayoría de los casos son ellos mismos los que tienen que comprarlos", precisó la enfermera del Central.
En este sentido, la infectóloga Liliana Soria, a cargo del programa, adelantó que el nosocomio está evaluando comenzar a financiar estos elementos: "Como le hemos demostrado a las autoridades que los pacientes se curan más rápido, que la evolución es mejor y que con esto le ahorramos mucho dinero, es muy probable que dentro de poco el mismo hospital los adquiera", confió Soria.
La profesional también remarcó la idea de reproducir la iniciativa en toda la provincia: "Queremos que llegue a donde más se pueda, porque tratamos una enfermedad que es prevalente y origina muchísimas complicaciones".
Educar para curar
Un aspecto fundamental del programa es el trabajo que realizan con los familiares de los pacientes internados: "Cuando les están por dar el alta nosotros les ensañamos a quienes vayan a acompañarlos cómo tratarlos para la rotación, cómo movilizarlos en su casa, el tendido de cama, la forma de higienizarlos, colocarle la chata, entre otros", enumeró la licenciada en enfermería Adriana Sánchez.
También dan charlas sobre el tema al equipo interdisciplinario del hospital y prevén la realización de pasantías con estudiantes de enfermería.
Ambos enfermeros realizan su trabajo con destacable dedicación: "Para nosotros es una satisfacción enorme ver que la herida cierra, es el indicador de que cumplimos nuestra tarea", afirmaron a la vez que reconocieron que si bien les llegan pacientes de otros efectores de salud no pueden tratarlos porque los recursos no son suficientes.
Programa de curación de heridas reduce el tiempo de internación
El proyecto pionero en la provincia se desarrolla desde 2010 en el centro asistencial. Lo llevan adelante dos enfermeros que realizan curaciones a internados y en consultorio externo.
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