Por Luis Fermosel - la.fermosel@gmail.com
"Es el momento para profundizar los cambios", señalaba días pasados un empresario vitivinícola habitué a las mesas de la Peatonal, al recordar que las distintas variables se han acomodado de tal forma que en un futuro mediato se pueden llegar a recuperar los mercados interno y externo, mientras en el corto plazo los precios de las uvas y del vino le darán algo de oxígeno -no todo el que necesitan- a los productores. En ese planteo coinciden también los dirigentes de los sectores, quienes sostienen por su parte que deben utilizarse los distintos mecanismos para dar un nuevo impulso a la reconversión de viñedos.
Respecto de lo que está sucediendo en la industria, es necesario ir por partes. En primer término, debemos señalar que estamos frente a una cosecha excepcionalmente baja, con una disminución muy marcada en la zona Este, la de mayor producción y también en el Valle de Uco, donde se encuentra la gran mayoría de los viñedos de alta calidad. De acuerdo con las estimaciones, en San Juan la vendimia será "normal" si la comparamos con lo sucedido en años anteriores.
Al decir de las fuentes consultadas, si bien el fenómeno del Niño jugó un papel importante por la gran cantidad de lluvias y las tormentas de granizo, que paralelamente generaron problemas de enfermedades que afectaron la producción, no puede descartarse que la baja rentabilidad producida en los últimos años también ha repercutido en la producción, en razón de que los viñateros no realizaron los trabajos necesarios para el mantenimiento de sus fincas. "La gente no curó ni tampoco aplicó los abonos necesarios porque no tenía dinero", dijo un dirigente, quien agregó que "en muchos de los casos ni siquiera tenían para cambiar los palos deteriorados".
Las fuentes coincidieron en señalar que al fenómeno de la naturaleza se deben sumar los daños producidos por la polilla de la vid, "que han sido mucho más graves de lo que la gente podía esperar". Se indicó que si bien la calidad del vino no se modifica por la plaga, su aparición provoca la pérdida de muchos kilos de uva. De allí que ha sido bien recibida la noticia de que el Gobierno nacional destinará una línea especial de créditos para la lucha contra el flagelo.
Frente al esquema señalado, los dirigentes de los sectores destacan que las empresas que tienen mercado van a tener que preocuparse por recuperar stocks. "Algunos ya están hablando de importar vino", se indicó, para agregar que "de acuerdo con la producción, los bodegueros no van a poder comprar uva barata, especialmente en los varietales de calidad".
Respecto del futuro, hay coincidencias en señalar que se han dado las variables como para producir los cambios necesarios que la industria necesita, y, en ese esquema, destacan el planteo realizado por el ministro de Economía de la provincia, Enrique Vaquié, en el sentido de defender, en las conversaciones con San Juan, el planteo de Mendoza en el sentido de que no sólo se debe hablar de mosto, sino también de las exportaciones de vinos a modo de compensación cuando los porcentajes no se cubran.
"También es un forma de sacar vino del mercado interno y de fortalecer los precios", destacan. Consideran también que deberían aprovecharse los 80 millones de dólares que llegarán de la Proviar II para destinarlos a la reconversión de viñedos. En este esquema, destacan que podrían reconvertirse entre 5 mil y 10 mil hectáreas por año y recuerdan que, de la cantidad de hectáreas implantadas con viñedos, Mendoza tiene un 26 por ciento de variedades rosadas, mientras en San Juan ese porcentaje llega al 50 por ciento. Realizando un análisis más exhaustivo, se indicó que en la zona Este el 40 por ciento es de rosadas, en el Sur el 30 por ciento, en el Norte un 25 por ciento mientras en el Valle de Uco y en el centro (Luján y Maipú) prácticamente no hay viñedos de rosadas en razón de que la casi totalidad corresponde a varietales.
Ante nuestra consulta, los dirigentes destacaron que hay sectores que se oponen a una posible decisión que establezca que las uvas rosadas sean destinadas exclusivamente a mosto y señalaron que "lo que realmente sucede es otra cosa: como el blanco escurrido prácticamente no tiene mercados, algunos lo están convirtiendo en tintos. De otro modo no se puede entender que las uvas tintoreras, como la Aspirán Bouchet, tengan un precio que supera casi el 100 por ciento de lo que vale una malbec o una cabernet sauvignon.
Sabemos que algunas tintoreras son utilizadas para mejorar el color en tintos de calidad, pero nos llama la atención que haya bodegas que no tienen una gran cantidad de vinos de alto precio y que se basan esencialmente en blancos escurridos, estén comprando Aspirán…".
Siempre mirando a futuro, los dirigentes coinciden en señalar que también se ha dado el momento apropiado para profundizar el Plan Estratégico Vitivinícola.
"Los objetivos que nos fijamos en el año 2000 -que era a 20 años- se han cumplido con creces y ahora tenemos que seguir avanzando", destacan, agregando que para ello van a intentar aprovechar la buena relación que la industria mantiene con el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Ricardo Buryaile, quien es uno de los defensores del PEVI y que inclusive lo pone como ejemplo para que sea adoptado por otras actividades.
"Buryaile -dijo una fuente consultada- ha pedido una reunión con la Coviar para hablar sobre diferentes temas, especialmente el relacionado con la reconversión de viñedos y la lucha contra la polilla de la vid. Nosotros vamos a agregar a la agenda la necesidad de que se sancione la ley de uso de jugos naturales para la edulcoración de gaseosas. Si alcanzamos un acuerdo, si todos nos ponemos a trabajar de inmediato, incluyendo en ello a los organismos nacionales como el INTA y el INV, junto a los gobiernos provinciales y a la propia industria, el futuro se presenta más que promisorio", concluyó el dirigente consultado.