Nueve mil kilómetros la separan de sus recuerdos de la infancia. Casi diez mil del lugar donde estudió, y se crió. La mendocina María Fernanda Arentsen (50) habla desde Winnipeg, Canadá, con un español que a veces se deja invadir por el acento francés.
Es profesora de Literatura en una universidad de aquel país y desde allá colaboró con las gestiones para una causa que nada tiene que ver con su profesión, pero sí con gestas que implican una conciencia ambiental y global.
Es que ella fue una pieza clave en el intento de llevar hacia el país del norte al oso polar Arturo, el último de Argentina, que permanece encerrado en el Zoo de Mendoza.
Una decisión difícil
María Fernanda cuenta que irse a Canadá a vivir definitivamente -antes había estado cinco años viviendo en Quebec- fue una decisión difícil. "Estuve un tiempo haciendo la maestría y tras estar en Mendoza intentando vivir de mi profesión, me volví e hice el doctorado", cuenta la mujer que es madre de dos chicas, Michelle (19) y Marie Claire (21), nacidas en el norte de América.
Entre 1996 y 2002 Fernanda tuvo cinco trabajos en San Rafael, en la capital mendocina, en Buenos Aires y en la Patagonia, pero el ritmo laboral no le permitía ver a sus hijas, y el regreso a Canadá fue cuestión de tiempo.
"A las chicas les costó mucho. Sufrieron mucho, porque tenían su vida en Canadá. Imaginate, eran chiquitas, tenían solo 9 y 10 años", contó la profesora de Literatura que cursó su primaria en la escuela Normal y luego continuó en el Comercial N°2.
La mendocina explica que no volvería a vivir en Mendoza, por sus hijas y porque tampoco tiene sentido para ella. "Volvería a trabajar. Ahora no voy tan seguido porque el gobierno no destina dinero a cursos que antes se daban. Pero a vivir no", asegura Fernanda, quien además convive con su hermano Pablo.
"Antes de venir por primera vez, de Canadá no sabía más de lo que se sabe por la literatura y por las películas. Y que hay mucha nieve", dice entre risas aunque agrega que con el tiempo supo conocer que es un país que se hizo de a poco, con mucha lucha y que a pesar de estar cerca de Estados Unidos, son dos países completamente diferentes.
Por ejemplo, indica que desde el punto de vista político y social el capitalismo salvaje de EEUU difiere significativamente con el de Canadá, donde predomina el estilo socialista europeo. "Acá hay mucha mezcla de culturas. Es lo primero que salta a la vista. Por la calle se escucha todo tipo de idiomas, aunque haya dos lenguas oficiales", comenta.
Otra de las diferencias entre ambos países es que en Canadá no hay una identidad fuerte y hay mucho respeto por la religión de cada grupo. "De todas formas, con el gobierno actual- de extrema derecha- muchas cosas están cambiando", describe.
Educación literaria
Fernanda trabaja en la Universidad francófona de Saint-Boniface y describe que su trabajo consiste enseñar literatura en español. "Doy, por ejemplo, literatura argentina y por ahí algunos poemas de autores mendocinos como Juan López y Bettina Ballarini. Mi especialidad es lo latinoamericano y un curso de cine. Además he creado cursos de la cultura a través de las mujeres y las culturas en las crisis de violencia", enumeró la especialista.
Fernanda no duda en asegurar que desde el punto de vista profesional, Canadá le ha permitido hacer lo que le gusta, lo que quería hacer desde siempre, aun cuando esto implicara dejar tan lejos a su familia. "Pero por otro lado he ganado una familia más grande, compuesta por amigos que están acá en mi misma situación", agrega.
No es lo mismo…
La profesora de Literatura admite que no hay como el otoño en Mendoza, por lo que es una de las situaciones que más desearía volver a vivir: "También se extraña a la familia, todas las costumbres que tenemos, la informalidad de la gente, porque demasiada formalidad es restrictiva. También el cariño de toda la gente que está allá".
Por otra parte, informa que le gustaría volver para trabajar en temas de investigación, una parte de su vida que es muy importante, porque es lo que la nutre. Por ello, agrega que quien quiera puede contactarse con ella a marentsen@ustboniface.ca, ya que actualmente está trabajando con la representación de las personas discapacitadas en la literatura y piensa que muchos mendocinos pueden estar interesados en compartir sus opiniones con ella.
Es profesora de letras y difunde a los escritores mendocinos en Canadá
Hace más de una década que vive en Winnipeg, donde trabaja como docente e investigadora en una universidad. Allí, da clases de Literatura en español, en las que incluye a autores locales.
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