Esta semana en Mendoza vivimos, además del ascenso de Gimnasia y Esgrima a la Primera B Nacional que se robó la atención, la confirmación de que Mendoza es la mejor del país en el fútbol de salón. Los chicos de Fefusa se quedaron con el tetracampeonato en forma consecutiva en Buenos Aires. Un éxito que se basa en un amor por el deporte.
“Estos chicos son profesionales, más allá de que no cobran nada por ello. Se entrenan con sus equipos durante la semana y en la época de selección, hacen doble turno de sábado y domingo con el equipo provincial”, contaba un dirigente en un asado que se realizó el viernes por la noche para festejar el título y en el que los chicos fueron llegando una vez que había terminado los partidos con sus respectivos clubes por una nueva fecha del torneo local.
Muchas veces nos preguntamos cómo y dónde está el deporte de Mendoza respecto de otros lares y cuando vemos situaciones como estas debemos contestar que está bien, porque cada día está más alejado de los que sólo ven al deporte como una usina de dinero y no cómo una actividad que les permite desarrollarse.
No es un juego de palabras. Es plena conciencia taxativa de lo que vale ganar por el orgullo de hacerlo, consiguiéndolo a través de un trabajo responsable. Estos chicos son la pureza frente a aquel mundo que llaman deportivamente “desarrollado”.
El esgrimista Jesús Lugones es otro de los mendocinos que en silencio sigue construyendo una carrera brillante.
El ganador del Olimpia en su especialidad se quedó con una nueva medalla en los Juegos Odesur y sigue demostrando que es uno de los mejores del mundo.
Caer en la tontería de buscar deportivamente “currículum” sólo para que estos vengan acompañados de una importante cantidad de dinero es padecer del “gangsterismo y la burguesía del campeonaterismo alocado” del que hablaba el maestro del periodismo Dante Panzeri.
El fútbol y su superprofesionalismo son la contracara de esta situación. Allí se habla de millones con una liviandad escalofriante y al extremo que ya hay equipos de la primera División que están negociando con sus principales jugadores para tratar de bajar los contratos. Es que muchos han firmado vínculos en dólares y la estampida de la moneda estadounidense pone en riesgo su economía.
"El fútbol es socialismo, pero también es dinero en grandes cantidades de corporaciones internacionales que lo controlan. Los salarios, los traspasos... son asquerosos. Están arruinando su esencia. Es una contradicción", asegura el filósofo británico Simon Critchley quien acaba de presentar un libro llamado "'En qué pensamos cuando pensamos en fútbol".
Esta súper profesionalización se ve en la selección argentina. En las últimas horas se conoció que Lionel Messi negoció con los popes de la AFA cobrar 23 millones de dólares por si Argentina sale campeón del mundo en Rusia.
La idea es que cada uno de los jugadores pueda llevar un millón a sus arcas personales. La contraoferta fue 19 millones, que sería la mitad de lo que recibiría la AFA por conseguir el título y que la dirigencia se haga cargo de pagar el premio que le correspondería al cuerpo técnico de Sampaoli. Argentina sería así el plantel que más dinero se llevaría de los 32 que disputarán la Copa del Mundo.
Por contrapartida, Alemania, que defiende el título, arregló con sus jugadores que cada uno se llevará 410.000 dólares, es decir el 40% de lo que piden los argentinos.
Si uno ve estas realidades, se puede dar cuenta rápidamente de porque la AFA está siempre con problemas de dinero y Alemania sostiene una estructura en la que mantiene a su cuerpo técnico.
Recuerdo que en las mejores épocas de la Copa Davis también la discusión era si los jugadores debían llevarse la mayor porción de la torta del premio o había que dejar más para que la AAT desarrollara el deporte de base.
Otra situación que traerá mucha cola es que la AFA, previo acuerdo con los jugadores y el cuerpo técnico, le vendió a TNT Sports tener el acceso garantizado a la intimidad con una cámara de TV que les facilitará entregarles a los abonados una propuesta diferente.
Los jugadores además ya negocian sus contratos personales con varias empresas y hasta trascendió que Javier Mascherano fue descartado como la imagen de los #Juegos Olímpicos de la Juventud que organizará Buenos Aires, por haber arreglado con Uruguay, para el que hace una publicidad invitando a conocer el país.
Con estas cifras es lógico que a los jugadores se les exija un nivel superlativo y uno no necesita ser Einstein para entender el por qué de la lucha por estar entre los convocados. Acá también juegan un papel importante los clubes, ya que también se ven beneficiados. Porque cada jugador citado le representa a su institución más de 8.500 dólares por día, los que son pagados por FIFA.
Así como a todos se nos ha hecho creer que desarrollo es avance tecnológico, en el deporte se ha instalado la creencia que triunfa sólo aquel que se convierte en millonario.
Muchos han hecho del deporte una droga con variadas jeringas para el cuerpo, la mente y el alma.
Que se lo cuenten a ese plantel de jugadores mendocinos que disfrutan de saberse superiores y son felices con comerse un asado juntos como premio al esfuerzo.
