Se realizó en Rivadavia una audiencia pública para dar a conocer detalles del impacto ambiental que tendrá en la región la construcción de una doble vía de 12 kilómetros, que conectará de manera rápida, a esa ciudad con la ruta 7, un proyecto muy esperado, que ya tiene financiamiento y que beneficiará, además, a sectores amplios de Junín y San Martín.
Del encuentro participaron funcionarios de la Secretaría de Ambiente y de la empresa que armó el proyecto, además de vecinos, muchos de ellos productores y dueños de las tierras por donde pasará la traza del camino, preocupados por el futuro de sus plantaciones.
Históricamente, para Rivadavia ha sido un problema no contar con un acceso directo a la ruta 7, que la saque de la categoría de ciudad terminal en la que se encuentra. Hoy, el ingreso a Rivadavia desde el corredor bioceánico es por calle Roberts, lo que obliga a los vehículos a pasar por el pueblo de Ingeniero Giagnoni, en un tránsito lento y para colmo, con la posibilidad de accidentes.
A tal punto ha llegado el reclamo por un camino ágil hasta la ruta 7, que la comuna sostiene que esa carencia ha sido fundamental para limitar el desarrollo social, cultural y económico del departamento. Es por eso que el proyecto para construir la ansiada ruta, se transformó desde su anuncio, allá por 2012, en la obra vial más importante en la historia de Rivadavia.
“El proyecto está terminado hace casi dos años, pero con el cambio de gobierno recién ahora se pudo programar la audiencia pública, que es un paso previo y obligatorio”, explicaron desde la firma Ruiz y Asociados SRL, que en 2013 comenzó a trabajar en los detalles del futuro camino, cuyo recorrido acordaron primero los tres municipios involucrados: Rivadavia, Junín y San Martín.
Así, la proyección de la doble vía nace en calle Falucho, a unos cien metros al oeste de Paso de los Andes y desde allí viaja hacia el norte durante casi 13 kilómetros y atraviesa la calle Belgrano (límite con Junín), la ruta 60, el carril Centro, la calle 9 de Julio, las vías del ferrocarril y ya en San Martín, la ruta 50 hasta conectar con la ruta 7, muy cerca del carril Buen Orden.
Durante la audiencia pública se dieron algunos detalles: la doble vía tendrá 70 metros de ancho, habrá colectoras, con dos carriles principales de 7,3 metros separados por un muro de hormigón; además está prevista la construcción de una decena de rotondas y también de un puente, que cruzará las vías del ferrocarril. El camino proyectado corre por zonas rurales de los tres departamentos y atraviesa un centenar de fincas y viñedos de la región.
“En mi caso y no soy el único, la traza del camino me parte la propiedad al medio y yo me pregunto, cómo voy a hacer para seguir trabajando, con las herramientas y el galpón de un lado del camino y parte de la viña del otro”, se quejó Francisco Balaguer y aseguró que el 75% de los productores de Rivadavia que tiene fincas por donde pasa el camino “quedan partidos a la mitad”, dato que el Gobierno negó.
Francisco Labella es otro productor con el mismo problema: “Me quedan 30 hectáreas de un lado y 60 del otro del camino. Cómo voy a hacer con el riego y con los tractores para cruzar. La verdad es que nos hacen pelota (sic) y muchas plantaciones van a terminar abandonadas”. Raúl también es productor: “La traza me parte la finca al medio y me queda el pozo de agua de un lado, ¿cómo voy a regar del otro lado?”
La audiencia pública fue el último paso, previo para que el proyecto se encamine a la licitación. Hace algunas semanas y en una visita a Rivadavia, el gobernador Alfredo Cornejo adelantó que hay financiamiento de 200 millones para una primera etapa. Además, desde la Dirección Provincial de Vialidad confirmaron que está el dinero para las expropiaciones de las tierras que demandará la obra.
Garantizan riego de fincas
Tanto desde el Gobierno provincial como desde la firma encargada del proyecto, señalaron que “el diseño buscó afectar lo menos posible a los productores por donde pasa la traza” y aseguraron que “el 90% de los 98 propietarios afectados verán pasar el camino por los fondos de sus plantaciones. Es cierto que hay un diez por ciento a quien el camino los agarra al medio, pero eso es algo inevitable”.
También señalaron que en esos casos quedará garantizado el riego: “Aquellos a los que les quede el pozo de agua de un lado, vamos a cruzar el agua, con un caño y por debajo del camino”, explicó Eduardo Moreno, de Ruiz y Asociados SRL.Durante la audiencia se explicó que una vez licitada, la obra tendrá un plazo de ejecución de 24 meses, que la empresa encargada de los trabajos deberá realizar por sectores, con la idea de no afectar a todos los frentistas al mismo tiempo y que se deberá garantizar la circulación de autos por aquellas arterias que cruzan la obra.
