La Justicia procesó hoy y ordenó la prisión preventiva del ya detenido cantante Cristian "Pity" Álvarez, por el presunto homicidio agravado de un hombre el pasado 12 de julio, y ordenó que se ponga a su disposición tratamientos contra su consumo "problemático" de drogas.
Según fuentes judiciales, Martín Yadarola, titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 4 de Buenos Aires, consideró que hay pruebas para acusar al rockero, líder de la banda Viejas Locas,autor de la muerte de Cristian Maximiliano Díaz, de 36 años, a quien supuestamente atacó con cuatro disparos de arma de fuego.
Es así que el magistrado, además de ordenar que continúe en prisión -Álvarez se entregó a la Policía el 13 de julio tras varias horas prófugo y confesó que fue él quien disparó a la víctima pero en defensa propia- mandó trabar un embargo sobre sus bienes y/o dinero por un millón de pesos (36.062 dólares).
"Lo maté porque era entre él o yo. Cualquier animal haría lo mismo", dijo el artista los medios de comunicación que se apostaban a las puertas de la comisaría en la que se entregó.
En el auto de procesamiento, Yadarola describe cómo se desarrollaron los hechos según las pruebas recabadas, que incluyen testimonios de diversos testigos, que apuntan al artista como principal sospechoso.
Según el juez, todo ocurrió en la madrugada del 12 de julio, cuando el imputado ingresó con otra persona a una torre de apartamentos del barrio Samoré de Buenos Aires.
Fue en ese momento que se les acercó Díaz, quien se encontraba, también acompañado por alguien en un banco, "en principio ingiriendo bebidas alcohólicas".
"Allí, tras dirigirse al imputado mediante el grito de su apodo ("Pity") e identificarse como "Gringo", comenzaron una conversación que derivó en una discusión verbal y, según la información recopilada, el intento de Díaz de iniciar una pelea con Álvarez", describe el juez.
El transcurso de los hechos siguió con el acompañante de la víctima, que "habría procurado separarlos", pero continuó la discusión verbal, hasta que Díaz se acercó al cantante "intimidándolo con golpearlo con su propia cabeza".
En ese instante, el rockero extrajo del bolsillo un arma y le efectuó un disparo a corta distancia, a la altura de la cabeza, lo que provocó que la víctima cayera al suelo.
Inmediatamente después, se acercó y disparó tres veces más también hacia la misma zona de su cuerpo.
Finalmente, y según la investigación, Álvarez huyó en un automóvil con su acompañante, quien arrojó la pistola usada sobre una alcantarilla cercana.
Después, ambos fueron a un local bailable de la provincia de Buenos Aires, al tiempo que diferentes vecinos de la zona llamaron a la Policía.
La autopsia concluyó que la muerte de Díaz fue producida por los disparos.
Al entregarse, el músico, de 46 años, dijo creer que es inocente por la muerte del hombre.
"Porque si no me iba a matar él", reiteró, y afirmó que la víctima, que no era su amigo, "era un pibe que choreaba (robaba)".
Su abogado reconoció que el músico "tiene un problema grave con las drogas desde hace 25 años", y aunque el juez no ha considerado que Álvarez sea inimputable por poder estar bajo los efectos de sustancias cuando se produjo el homicidio, ordenó poner a su disposición tratamientos terapéuticos que le brinden asistencia por su "consumo problemático de sustancias psicoactivas