El juez Luis Zelaya procesó hoy a Lucas Azcona como presunto autor del homicidio agravado por "odio" al género femenino de la estudiante chilena Nicole Sessarego Borquez, informaron fuentes judiciales.
Azcona fue procesado por el más grave de los delitos del Código Penal, que contempla una pena única de prisión o reclusión perpetua para quien matare "por placer, codicia, odio racial, religioso, de género o a la orientación sexual, identidad de género o su expresión".
Sin embargo, el juez obvió la figura del "femicidio", ya que según el texto de la ley debió haber existido algún grado de conocimiento o relación previa entre victimario y víctima, lo que en este caso no pudo probarse.
Según la resolución, Azcona estaba en la madrugada del 15 de julio pasado a la búsqueda de una víctima que respondiera a un parámetro determinado desde el punto de vista físico, pero que se adecuara al género femenino y que estuviera en soledad.
La resolución indica que Azcona divisó a la estudiante chilena cuando salía por la boca del subte "A" en la estación Castro Barros a una distancia aproximada de 25 metros, y allí tomó la decisión de asesinarla.
El móvil del asesinato fue, según la resolución, el "profundo odio" que Azcona siente hacia el género femenino, lo que quedó reflejado en los rasgos de misoginia descriptos en el peritaje psicológico.
El procesamiento abunda además en consideraciones respecto de la imputabilidad de Azcona, que había sido puesta en tela de juicio a raíz de patologías físicas y trastornos de la personalidad que le fueron detectados.
Sin embargo, el juez Zelaya entendió que ello no le había impedido comprender la criminalidad de los hechos e incluso pudo haber desistido voluntariamente de matar.
El juez se trasladó ayer a la cárcel de Ezeiza, donde Azcona está alojado en un pabellón psiquiátrico, y le informó sobre las pruebas recolectadas desde su detención hasta la víspera, incluido el análisis de ADN que dio positivo con cuatro manchas de sangre halladas en el escenario del crimen.
Azcona se negó a declarar, pese a que su abogado, Jorge Borgo, le había deslizado al juez que estaba dispuesto a dar su versión sobre lo ocurrido aquella madrugada.