Hace poco editorializamos sobre la necesidad de ir poniendo limitación al estacionamiento irregular de automotores en las veredas, y ahora enfocamos otra situación que complica, y mucho, el tránsito en la capital de Mendoza como es la carga y descarga de mercaderías en el microcentro.
Es verdad que todo en la ciudad se convierte en un enredo mayor porque, además de los problemas naturales con el tránsito, se están llevando a cabo distintas obras de mejoras de calles y plazas, que producen no pocos cortes de arterias.
Pero a la corta o la larga, los arreglos pasarán, y la ciudad quedará con sus dificultades de base en materia de circulación, especialmente en los horarios pico, que son a las 8, a las 13 y a las 19, que representan los momentos de ingreso y egreso de los comercios, colegios, facultades y oficinas públicas.
Entre los inconvenientes permanentes figura la ocupación de la vía pública por los vehículos para la carga y descarga de mercaderías en el variado comercio de la capital, lo que genera un sinfín de molestias y atascamientos.
Hace un tiempo los transportes que realizaban la carga de objetos y descarga de mercadería en los negocios tenían un horario destinado para tal fin, lo que generaba demoras en el tránsito, pero las mayores dificultades ocurrían en ese lapso, que se hacía a una hora temprana, o en la siesta y la noche.
Pero, por un tema de seguridad y de respeto al vecino, se terminó eliminando esa opción.
En la actualidad y en el marco del reordenamiento vehicular que se procura, se asignaron alrededor de 30 espacios reservados para carga y descarga de mercaderías.
Sin embargo, el tema del aprovisionamiento o de hacer los envíos de distintos artículos de diferentes comercios, es una situación problemática en el microcentro, en particular por los grandes camiones que distribuyen bebidas gaseosas en los múltiples negocios del ramo que tiene la jurisdicción.
Debería insistirse en demarcar lo mejor posible los espacios exclusivos para estas operaciones, con carteles verticales en los sitios asignados. Y desde luego, que las autoridades los hagan cumplir. Sin embargo, aunque todo eso ocurra, la contribución al congestionamiento general continuará, reconociendo desde ya que la tarea, por supuesto, no se puede impedir ni limitar porque atentaría contra las libertades laborales.
Podría, no obstante, estudiarse la posibilidad de reducir el tamaño de los vehículos de carga, ya que algunos son de grandes dimensiones y proponer el empleo de camionetas de menor porte.
El panorama entonces, desde este punto de vista, es realmente difícil porque no hay mucha capacidad de maniobra. El propio director de Tránsito de la ciudad declaró periodísticamente que están tratando de extender los espacios de descarga y carga y que lo ideal sería tener un espacio de este tipo por cuadra.
Los rubros más conflictivos a la hora de la reposición son los drugstores, quioscos y pequeños almacenes, instalaciones que no poseen depósitos y tienen que reabastecerse -los que más trabajan- más de una vez por jornada. "La intención desde el municipio es que la ciudad sea abastecida, pero ordenando el tránsito", fue el resumen del funcionario que se expresó en esta materia.
Habrá que ver entonces si se pueden llevar a cabo reuniones con las firmas proveedoras y comerciantes, para adecuar la carga, descarga y circulación, tratando de que las medidas que se puedan adoptar, colaboren a ordenar el tránsito en el centro y microcentro de nuestra urbe. Y que esas diligencias se puedan implementar de una manera rápida, segura y no conflictiva para ninguna de las partes.
