La Coordinadora de Productos Alimenticios -Copal- podría ser considerada una de las entidades más federales del país. Agrupa a 36 Cámaras que representan a más de 2.200 industrias de todo el país.
Sus dirigentes se reunieron días pasados en Jujuy y coincidieron en un planteo duro pero realista sobre la situación que afecta a las economías regionales y la relación existente entre éstas y los productos de la Pampa Húmeda.
Con objetividad, advierten que deberían establecerse políticas diferenciales en algunos puntos a los efectos de permitir mantener la competitividad en los mercados.
De acuerdo con los estatutos, la Copal tiene como objetivos centrales propender y promover una visión estratégica del rol e importancia de la industria de alimentos y bebidas, como un vector fundamental para el desarrollo económico y social, “con el fin de lograr una mayor inserción internacional de la Argentina, además de promover activamente la integración agroindustrial, tanto a nivel de sus actividades económicas como de las entidades a las que representa”.
El año pasado planteó, como principales problemas, la inflación interna y el desfasaje en el valor del dólar. Este año hubo coincidencias entre las entidades en apoyar la decisión del Gobierno de actualizar el valor del dólar y de poner fin a las retenciones a las exportaciones.
Días pasados, en Jujuy, hubo coincidencias también en los problemas que afectan actualmente a las economías regionales.
En ese esquema, señalaron que los inconvenientes de logística y fletes son similares para todas aquellas economías que se encuentran a más de 500 kilómetros del puerto.
El tema afecta a las distintas regiones del país, a excepción de la Pampa Húmeda y cabría recordar en este aspecto la denuncia efectuada por la actividad vitivinícola en los últimos tiempos, en el sentido de que es más caro llegar con la mercadería desde Mendoza hasta el puerto de Buenos Aires, que desde este último lugar hasta Hamburgo, en Europa.
Aunque cabría advertir también, a futuro, que las expectativas son diferentes entre el Noroeste y el Este del país, de lo que pueda suceder con el resto, especialmente en el caso de Mendoza, porque el Gobierno nacional está trabajando en la recuperación del ferrocarril Belgrano norte, que unirá a Jujuy, Salta y Tucumán con los puertos ubicados sobre el río Paraná y también con Buenos Aires, con lo que los fletes se reducirán sustancialmente, mientras en el caso de Mendoza no hay anuncio alguno que permita deducir algún tipo de recuperación en el ferrocarril San Martín.
En otros dos puntos también hubo coincidencias. En el primero, sobre los costos de financiamiento, en razón de que a tasas de interés del 35% anual, a muchos de los agricultores se les hace muy difícil pedir créditos porque les resultará imposible recuperar lo percibido con la venta de los productos.
El restante, el de la mano de obra, porque en el caso de las economías regionales es intensiva, ya que se necesitan varios obreros por hectárea para trabajar las fincas, mientras en la Pampa Húmeda la situación se reduce sustancialmente.
A modo de ejemplo, se recordó que en un kilo de uva, el 60% del costo está dado por la mano de obra; lo mismo sucede con otros productos, como las hortalizas. De allí que un futuro planteo podría consistir en solicitar también un régimen diferencial para este tipo de situación.
El Gobierno nacional ha mostrado su preocupación en solucionar los problemas planteados por la macroeconomía pero, pasada esta etapa, el paso posterior debería centrarse en estudiar la situación de las economías regionales y, en ese esquema, resultan valiosos los planteos efectuados a través de la Copal.