Problemas para levantar la cosecha

No hay cosechadores, según lo advierten los propios productores. Un problema que se presenta con la uva y posiblemente en las aceitunas.

Problemas para levantar la cosecha
Problemas para levantar la cosecha

El problema se repite año tras año. La carencia de cosechadores surge de un mix compuesto por la escasa llegada de trabajadores golondrinas desde el norte del país y la falta de interés de los mendocinos, preocupados por la posibilidad de pérdida de los planes de seguridad social. En ese marco, resulta difícil encontrar cosechadores, mientras paralelamente aparecen algunos reclamos de parte de productores vitivinícolas que solicitan un reconocimiento por la entrega de uvas recogidas en forma mecánica.

Décadas atrás, la recolección de uvas estaba prácticamente asegurada para los productores locales. Por la llegada de obreros golondrina desde el norte del país y porque muchas familias mendocinas esperaban la cosecha para hacer una "extra" que les permitiera la adquisición de productos de primera necesidad.

En el primero de los casos, los trabajadores rurales se desempeñaban en la zafra de la caña de azúcar en el norte del país, esencialmente en Tucumán y Salta y, terminado ese trabajo, se dirigían a Mendoza y San Juan para la vendimia, continuar luego con la recolección de aceitunas y volver al norte. Para muchos, ese era "su trabajo" y su forma de vida, lo que llevó en su momento a un legislador provincial (Marcos Niven) a presentar un proyecto tendiente a crear una libreta del cosechador, que les permitiera asegurarse una obra social y alcanzar los beneficios de la jubilación. Sin embargo, la mecanización de la recolección de caña de azúcar y la aparición de planes sociales determinó que aquel círculo laboral se debilitara.

En el caso de las familias mendocinas, el jefe de hogar solía solicitar su licencia en el mes de marzo a los efectos de aprovechar la situación y concurrir, junto a su esposa y en muchos de los casos su hijos a cosechar y con lo recaudado adquirir las bolsas de harina y de azúcar que necesitarían para el resto del año. Una "cultura" que se había instalado en gran parte de las familias y que ahora aparece muy difícil de recuperar.

A esos aspectos debe sumarse la aparición de planes sociales ya que quienes obtienen un trabajo, aunque sea temporario, pierden sus beneficios.

De ese modo, entonces, nadie quiere cosechar. La situación fue planteada en innumerables oportunidades a las autoridades nacionales y en su momento la ex presidenta Cristina Fernández se comprometió a alcanzar una solución ante esos casos puntuales, pero la misma nunca se concretó.

Claro que no estamos en contra de la entrega de planes sociales, siempre y cuando se otorguen a familias que realmente los necesitan, pero reflejamos una realidad.

También debe señalarse que algunos productores que levantaron sus uvas en forma mecánica, están solicitando que se les reconozca la situación en razón de que las bodegas reciben las uvas libres de escobajo, ahorrándose inclusive el gasto de la despalilladora. Advierten que algunas bodegas respetan esa situación y reconocen un porcentaje mayor -entre ellas una ubicada en Maipú- pero también señalan que muchos son reacios a reconocer la situación.

Volvemos a la vendimia y se repiten los problemas, sin que las autoridades adviertan que es necesaria una solución. Es factible que, por tratarse de un problema temporario, la inquietud gubernamental no profundice su preocupación  pero debemos advertir que, lo que está pasando hoy con la uva, se repetirá mañana con la recolección de aceitunas.

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