Problemas para el ingreso de insumos

Las autoridades nacionales han incorporado 600 nuevos productos al régimen de Declaración Jurada Anticipada de Importación de Licencias no Automáticas. La situación afectará a parte de la actividad económica local, cuyos dirigentes han solicitado una audi

Problemas para el ingreso de insumos

La Presidenta de la Nación rechaza la denominación de “cepo” a la medida que intenta impedir el envío de divisas al exterior. Pero sea cual fuere el nombre que se le intente dar, los problemas se multiplican tanto para la gente común que intenta viajar al exterior como para aquellos que importan insumos, a consecuencia de medidas “paralelas”, como el mantenimiento de productos con licencias no automáticas que dejan a los productos “en análisis” antes de permitir su ingreso al país.

La aplicación de las licencias no automáticas genera un doble efecto. Por un lado la industria local ve frenada su actividad por la carencia de insumos y por el otro se corre el riesgo de que otros países adopten represalias, trabando el ingreso de productos argentinos, como sucedió -y aún se mantiene- con Brasil; lo que afecta seriamente a la agricultura mendocina.

La Nación acaba de incorporar al régimen de la Declaración Jurada Anticipada de Importación de Licencias no Automáticas unos 600 productos, entre los cuales hay varios que complicarían a la industria local. Esas trabas afectan a siete rubros diferentes, entre los cuales figuran la metalmecánica, derivados del caucho y autopartes. Y sin la liberación de las licencias, las entidades bancarias no autorizan el giro de divisas para el pago anticipado.

Si bien hasta el momento nuestra principal industria, la vitivinícola, no sufrió mayores inconvenientes como consecuencia de las restricciones, sus dirigentes han anticipado que no hay nada asegurado hacia el futuro. Sucede que, para adaptarse a las exigencias de calidad internacional, las bodegas locales debieron incorporar tecnología de punta -gran parte de ella importada- y nadie sabe qué ocurrirá cuando esa maquinaria necesite algún tipo de repuesto.

Otro tanto podría decirse con los implementos que se utilizan para el resto de la actividad frutícola y ya se advierte la preocupación de algunos productores hortícolas por su carencia o porque los precios se han incrementado superlativamente en los casos de semillas importadas.

Desde el Gobierno nacional se asegura que no se trata de impedir la salida de divisas, sino de impulsar y proteger la industria nacional. Pero no se puede adoptar una medida sin un período de adaptación que implica incorporar tecnología y conocimiento. A modo de ejemplo, al suscribirse el acuerdo por el Mercosur, Uruguay solicitó y logró cupificar el ingreso de vinos argentinos, hasta tanto sus productores pudieran realizar una reconversión. Fue así que descubrieron que una variedad de uva -la tannat- se adaptaba a las condiciones de suelo y de clima. Y sólo años después liberó el ingreso para nuestros vinos, una vez que ellos habían logrado ganar mercado.

Así, en el caso de los productos importados, no se debe actuar de modo visceral en razón de que puede llegarse a lesionar la producción local. Y en el caso de las exportaciones, las medidas nacionales generaron pérdida de competitividad, a lo que se suma la respuesta de algunos países a las decisiones argentinas. Las cámaras que agrupan a los industriales locales han señalado que pedirán una audiencia con funcionarios de la Secretaría de Comercio Exterior para plantear la situación, pero resultaría importante que ese planteo individual sea reforzado con el apoyo de las autoridades locales.

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