Nunca en la historia del entrenamiento físico ha habido tantas alternativas como hoy para conseguir el cuerpo deseado y el bienestar requerido para vivir mejor.
Una de las alternativas más novedosas, es tan emocionante como retadora: se trata del “fitness aéreo”, entrenamiento completo que se lleva a cabo a unos cuantos metros sobre el piso y colgado en unas telas para conseguir, en el aire, el cuerpo y la serenidad mental óptimos.
El fitness aéreo agrupa a un puñado de disciplinas físicas que se han modificado ligeramente para poder ejecutarse en el aire, con el soporte de telas que cuelgan del techo y de manera que las posturas invertidas se conviertan en las grandes protagonistas. Hay quienes aseguran que estas prácticas tienen su origen en la antigua India, donde los grandes maestros espirituales practicaban yoga colgados de unas cuerdas. Otras personas aseguran que es el circo el gran impulsador de esta pasión por estar en el aire y, en este caso, los afamados actos aéreos del Cirque du Soleil han ayudado a su popularidad.
Sea cual sea su origen, las prácticas de suspensión han comenzado a copar cada vez más espacios de entrenamiento y se han ido convirtiendo, si no en la disciplina central del ejercicio de muchos, en el complemento perfecto de sus rutinas semanales. A estas disciplinas de suspensión se les conoce por varios nombres: acrobacias en telas, acrodanzas, bailes aéreos, yoga en el aire, aeropilates… Exceptuando sus sutiles diferencias, todas tienen varias cosas en común, y la primordial es el hecho de que se practican sobre dos tiras de tela especial que tienen una longitud de aproximadamente 20 metros de largo y un metro y medio de ancho cada una. Sobre estas dos tiras de tela cuelgan en un primer intento los nervios, pero luego se logran cosas tan exigentes y artísticas como las de cualquier propuesta de expresión corporal.
Esta disciplina puede ser practicada tanto como niños como por personas mayores. Trabajan todos los músculos del cuerpo, pero es especialmente beneficioso para los músculos abdominales. El éxito de la práctica depende sobre todo de la concentración que se tenga, porque es preciso recordar que gran parte del tiempo se está colgando de las telas, en posturas invertidas y muy lejos del piso. Las posiciones invertidas tienen muchas ventajas, entre ellas, la de eliminar por completo la presión en la espina dorsal y el cuello y dejar fuera de peligro las articulaciones. Además, son propicias para oxigenar el organismo de punta a punta. La práctica fortalece todos los músculos, mejora la postura e incrementa la flexibilidad, porque combina casi por igual aspectos netamente deportivos y muchos otros artísticos (la escalada, la gimnasia olímpica, las acrobacias circenses y la danza contemporánea encuentran similitudes en esta práctica). La parte alta del cuerpo también se ejercita: manos, muñecas, brazos, hombros y espalda son indispensables para lograr treparse en las telas y hacer las figuras. La resistencia que se obtiene tiene pocos iguales en otras prácticas, sobre todo cuando se toma en cuenta la rapidez con la que se adquiere, ya que al cabo de un mes, a razón de una o dos clases por semana, ya se logran posturas invertidas de gran complejidad.
MÁS BENEFICIOS
Además de las ya mencionadas, todas las prácticas aéreas o de suspensión ofrecen también estas ventajas:
• Mejoran la coordinación, agilidad y expresión corporal.
• Contribuyen al desarrollo de sensaciones de seguridad y confianza.
• Favorecen la creatividad e incentivan el desarrollo de los sentidos.
• Ayudan a eliminar el dolor de espalda.
• Mejoran el aspecto de la piel, nutriéndola, oxigenándola, combatiendo la celulitis y la flacidez.
• Reactivan la circulación y la oxigenación.
• Tienen efecto drenaje.
• Ayudan a combatir miedos y fobias.
• Se prescriben como terapias de rehabilitación (fisioterapia antigravedad).
• Aumentan la conciencia sobre el propio cuerpo y las emociones.