Un tribunal alemán condenó el jueves a cadena perpetua a un enfermero por el asesinato de 85 pacientes, lo que lo convierte en uno de los peores asesinos en serie de la historia reciente.
El tribunal de Oldenburgo, en el noroeste de Alemania, declaró a Niels Högel, de 42 años, culpable de asesinar a esos pacientes mediante inyección en los hospitales donde trabajó entre 2000 y 2005.
La policía sospecha que podría haber asesinado a hasta 200 personas, pero varios casos no se podrán esclarecer porque los cuerpos de las presuntas víctimas fueron incinerados.
Los crímenes cometidos por Niels Högel "desafían la razón y todos los límites conocidos", aseguró el presidente del tribunal, Sebastian Buhrmann.
Las víctimas, de entre 34 y 96 años, eran elegidas al azar por Högel. Entre 2000 y 2005 inyectó una sobredosis de medicamentos a decenas de pacientes y, según explicó, quería destacar entre sus colegas reanimando a los enfermos.
"Era la única manera de integrarse en el equipo", afirmó.
Niels Högel nació el 30 de diciembre de 1976 en Wilhelmshaven y se convirtió en enfermero, como su padre, a los 19 años. A finales de 1999 empezó a trabajar en el hospital de Oldenburgo y a principios de 2003 en el de la ciudad vecina de Delmenhorst.