El Tribunal Oral Federal de Santiago del Estero condenó hoy a prisión perpetua al ex jefe de la policía provincial Musa Azar y a otros cuatro acusados por crímenes de la última dictadura militar.
La pena máxima recayó también en Ramiro López Velloso, Miguel Tomás Garbi, Juan Felipe Bustamante y Francisco Laitán.
En tanto, al militar Jorge Alberto D'Amico le impusieron 20 años de cárcel y la degradación de su cargo de mayor del Ejército, mientras también fueron condenados ex policías: Carlos Capella, 8 años; Eduardo Baudano y José Gregorio Brao, 6 años, y Rolando Salvatierra, 5 años.
Los magistrados establecieron que todos deberán cumplir la condena en una cárcel común, que sería el Penal Federal 35 de Colonia Pinto, a unos 35 kilómetros al sudeste de esta capital.
El tribunal juzgó a los diez acusados por 44 hechos de desapariciones, torturas, abusos sexuales, entre otros delitos ocurridos antes y después del golpe militar de 24 de marzo de 1976.
Además se dejó abierta la causa para el ex policía Roberto Díaz, quien está prófugo de la Justicia desde julio del año pasado. El imputado había conseguido que un tribunal le concediera el cese de prisión, medida que apeló la Fiscalía General.
Sorpresivamente, dejó de presentarse mensualmente y desde entonces fue declarado en rebeldía y hasta se fijó una recompensa por su paradero.
En el caso particular de Musa Azar, se trata de la tercera condena a prisión perpetua que recibe en los últimos años. La primera fue por los crímenes de las jóvenes Leyla Bshier Nazar y Patricia Villalba, en el verano de 2003. Luego, por la detención y ejecución del estudiante de Filosofía Cecilio Kamenetzky.
En una colmada sala de audiencias del TOF local se leyó durante poco menos de una hora el veredicto condenatorio para todos los acusados. Afuera, desde la mañana se habían apostado militantes de HIJOS y organizaciones de derechos humanos y agrupaciones políticas.
En el transcurso de la mañana, el tribunal presidido por Graciela Fernández Vecino concedió la palabra a los acusados. Todos ellos se proclamaron inocentes y alguno esbozó una tibia defensa; sólo Baudano y Azar no hablaron a los magistrados.
Momentos antes de que se pasara a un cuarto intermedio para dictar el veredicto, familiares de desaparecidos y ex presos políticos gritaron "asesinos" a los procesados y exigieron que revelaran dónde están los cuerpos de las víctimas de la represión de los años '70.
El proceso llegó a su fin luego de siete meses, lapso en el que se hicieron inspecciones oculares de lugares donde habrían funcionado centros clandestinos de detención y testificaron casi 300 personas.
En el momento de los alegatos, el fiscal general ad hoc Gustavo Gimena había solicitado que se condenara a prisión perpetua a Garbi, Laitán, Bustamante, Azar y López Velloso por ser presuntos responsables de homicidios calificados, privación ilegítima de la libertad, torturas, violación, abuso deshonesto y asociación ilícita. Para el resto de los enjuiciados, requirió penas de entre 15 y 25 años de cárcel.
Los distintos querellantes plantearon condenas similares, mientras que los abogados defensores cuestionaron la acusación formulada por delitos de lesa humanidad, al considerar que no existían elementos probatorios que fundaran la pretensión de las contrapartes.