Priorizar la salud y no olvidar la economía - Por José Luis Toso

Priorizar la salud y no olvidar la economía - Por José Luis Toso
Priorizar la salud y no olvidar la economía - Por José Luis Toso

No es una novedad que la del diputado nacional Alfredo Cornejo sea actualmente una de las voces más críticas y severas con las políticas del gobierno de Alberto Fernández. En recientes declaraciones periodísticas volvió a poner sobre el tapete un tema no menor, que muchos analistas y economistas vienen planteando desde el comienzo de la cuarentena a partir de una frase reiterada del Presidente: “De la economía se vuelve, pero de la muerte nunca más”. Fue esa, en su momento, una dura respuesta del titular del Poder Ejecutivo a los que entienden que, aun en pandemia, salud y economía deben correr en paralelo.

Esta semana, el ex gobernador mendocino dobló la apuesta y dijo que “la Argentina que vive de la producción necesita una deliberación de mayor calidad. Busquemos ideas para que salud y economía vayan de la mano”, sugirió. La crítica más severa la había expresado segundos antes cuando opinó que quienes pueden estar tranquilos ante la actual coyuntura son los que viven “del curro”, refiriéndose a la asistencia estatal.

Entre las reacciones cada vez más frecuentes acompañando el reclamo de volver a trabajar se encuentran las actividades del comercio y la industria en general. Nadie cuestiona el efecto del aislamiento dispuesto por el gobierno nacional, con el que el provincial tuvo un alineamiento políticamente correcto, pero las consecuencias del “parate” ponen en el límite a muchos.

Es por ello que Mendoza no escapa a la preocupación de los sectores de la economía. Hay muchos empresarios que entienden que la provincia tiene chances casi nulas de una recuperación en el segundo semestre de este año. Todos los oasis productivos tienen el mismo panorama. A mayor extensión de la cuarentena por la pandemia las soluciones que llegan desde el Estado tendrían un efecto decreciente.

La demanda de empleo es baja aun existiendo la posibilidad de reapertura de las actividades casi en su totalidad en poco tiempo más. En la provincia un altísimo porcentaje de empresarios prefiere no endeudarse a pesar de los dos meses largos, hasta ahora, sin trabajar.  Y el fantasma de la informalidad laboral reaparece con más fuerza; dato inquietante para una provincia que hace más de una década que no ve crecer el empleo formal privado.

Suárez ha sabido ganar confianza entre grupos de empresarios, pero son esos los que ahora comienzan a inquietarse por las soluciones que puedan lanzarse hacia la devastada economía. “Vamos muy despacio”, opinan algunos, pero no con intenciones de inquietar. Otros sí, fueron más allá públicamente, como la UCIM, que volvió a reclamar una ley de emergencia para las pymes, pero en este caso el planteo fue dirigido a la Nación.

En el gabinete provincial están pendientes de la situación y por eso los sectores empresariales reconocen que hay diálogo, generalmente a través del área a cargo del ministro Vaquié, que participa de la elaboración de protocolos para los sectores productivos y los distintos rubros del comercio. Pero también saben en el gobierno local que el desmoronamiento financiero puede tener repercusiones tipo contagio desde lo estatal a lo privado. Y el asunto de la deuda sube a escena una vez más.

En un reciente contacto con los legisladores, el ministro Lisandro Nieri oficializó lo que ya todos saben, y el funcionario dijo públicamente más de una vez, con respecto a la brusca caída que tuvo la recaudación en la Provincia. Y aseguró que ese panorama continuará varios meses más sin que se sepa, realmente, cuándo se podría retornar a lo que son valores más o menos normales para el Estado.

Todo obedece a la baja, en algunos casos a cero, de la actividad económica y su traslado a la baja capacidad de pago de los contribuyentes en general y de las empresas. Nieri también justificó la merma en la mala recaudación de impuestos nacionales, lo que resiente la masa coparticipable a las provincias y, a su vez, a los municipios. El ministro sostuvo que, pese a todo, la administración provincial hace esfuerzos para cumplir, pero, veremos más adelante, no piensan lo mismo en la oposición en lo que respecta a la distribución de los recursos que envía el gobierno nacional ante la pandemia.

Y por boca de Nieri volvió a aparecer la figura del roll over como tabla de salvación para encaminar la deuda. Es un mecanismo financiero que se utiliza habitualmente para reordenar los compromisos con los acreedores. En el Gobierno expresan una vez más molestia por la negativa opositora a dicho recurso, ya que muchas son las provincias que lo tienen como variable y también la Nación. Esperan en la administración de Suárez una reciprocidad por parte del peronismo en dicho tema. La negativa a la toma de más deuda en dólares y a la aplicación del roll over fue lo que trabó durante varios meses la aprobación del primer presupuesto anual del nuevo gobierno provincial.

Tras la exposición de Nieri, el diputado radical Jorge López impulsó un proyecto para intentar modificar un artículo de la ley de Administración Financiera de la Provincia de modo de incorporar el mencionado mecanismo. Opina el legislador que con el roll over “no se generará un aumento en el stock de la deuda”.

En el empresariado están los que consideran que en esta ocasión sí tiene que obtener dicha solución el gobierno de Suárez porque la emergencia sanitaria no está resuelta y sus consecuencias económicas pueden ser muy duraderas. Y entienden que el Gobernador debe tener el poder necesario para poder imponerlo.

En el peronismo recuerdan que, como opositores, terminaron aprobándole el presupuesto de este año al gobierno de Suárez y, con él, un nuevo endeudamiento en el marco de la emergencia por la pandemia. “Somos una oposición responsable y por eso sostenemos que el roll over no puede ser un recurso indefinido”, aclaró en la semana Alfredo Bermejo, una de las voces tradicionales que tiene ahora el PJ en el Senado. Se refiere al pedido de reestructuración del endeudamiento provincial por todo el período de gobierno de la actual administración. Es, sin duda, una estrategia opinable.

Y la crítica desde el justicialismo se extiende al reparto de recursos que llegan desde la Nación con motivo de la parálisis económica y financiera generada por la crisis sanitaria. “No hay certezas –acotaba Bermejo- de parte del gobierno provincial sobre la coparticipación (reparto) de fondos nacionales que recibe el gobierno de Suárez” ante la coyuntura. “Las cuentas municipales están muy complicadas y el Gobierno no acompaña a los 18 municipios”, remarcó el legislador peronista. El del reparto de fondos fue uno de los anuncios del Gobernador en su mensaje del 1 de mayo, pero todo indica que la queja del peronismo es válida, por lo menos hasta ahora.

El peronismo pretende siempre que sea Suárez el que ponga la cara por la deuda que se le atribuye a la gestión de Cornejo. Pero está claro que el Gobernador no da pelea en el asunto para no caer en la trampa y contradecir, aunque sea involuntariamente, a su antecesor. Por lo tanto, una vez más deberán ser los mejores intérpretes legislativos del oficialismo los que busquen convencer a sus pares del PJ de la necesidad de reordenar la deuda provincial.

Rodolfo Suárez fue en todo este tiempo de pandemia, políticamente correcto al anticipar la necesidad de adoptar medidas preventivas; lo suyo fue casi al unísono con el aislamiento que dispuso el Ejecutivo nacional. Y también fue institucionalmente correcto al alineamiento con el Presidente ante la emergencia sanitaria. Su estilo consensual lo puede llevar a pensar en la economía inmediata, sin necesidad de soltarle la mano a la salud.

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