A los padres temerosos puede ayudarlos hacer un curso de primeros auxilios. Esto puede tener sentido sobre todo si el niño corre algún riesgo de salud.
En las reanimaciones en niños hay que controlar primero si las vías respiratorias están libres y, de lo contrario, apartar los cuerpos extraños.
Si el niño no reacciona, se hacen cinco respiraciones artificiales cortas. Luego hay que masajear el corazón: presionar 15 veces, dar aire dos veces.
Esto debería hacerse durante un minuto y luego llamar al médico de emergencias. De todas formas, las emergencias en niños son poco frecuentes y representan sólo un 3% de los casos que atiende un médico de emergencias.