La arenga de Martino antes de los penales
Mirá el increíble gol que Ospina le sacó a Messi en la línea
De película. De esas que lo tienen al espectador pegado al tele y sin poder levantarse del sillón ni siquiera para ir al baño. Con la tensión por las nubes y el fantasma de la última definición por penales en Copa América en casa dando vueltas. Esta vez fue distinto. El actor principal se repitió y otra vez fue definitorio. Carlos Tevez tuvo su revancha. Justo él que no pudo con Muslera frente a Uruguay en los cuartos, le dio el pasaje al equipo del Tata a una de las semis aprovechando la tercera oportunidad consecutiva para terminar la historia.
Biglia y Rojo tuvieron en sus pies la chance de definir la historia, pero erraron. El volante la tiro afuera y al lateral las manos de Ospina se lo impidieron. No había respuesta para tanta mala suerte, o destino esquivo. Pero llegó el Apache y no falló. Fue lentamente hacia el punto penal. En el camino tomó la pelota y le dio un par de pisotones a la zona donde la iba a depositar para buscar su revancha. No dudó. Tomó carrera y definió al centro. Gol y pase a semis. Lo demás, es puro cuento.
Pero, imposible resulta encontrar respuesta al interrogante de por qué Argentina debió sufrir tanto para conseguir el tan ansiado pase a semis de la Copa América. Pese al dominio absoluto en el juego y en las situacione de gol, no pudo doblegar a Colombia en el tiempo reglamentario y encontró la llave desde los doce pasos.
El primer tiempo fue un verdadero monólogo de Argentina, que tuvo situaciones clarísimas para romper el cero, pero que no pudo porque el arquero colombiano David Ospina estuvo fantástico en un par de ocasiones.
La posesión fue toda del equipo de Martino desde el pitazo inicial del árbitro mexicano. Con un Pastore iluminado para generar juego viniendo desde atrás y Di María desbordando con su velocidad por la izquierda, las llegadas de gol no tardaron en llegar.
Con el correr de los primeros minutos, Messi comenzó a tomar protagonismo. Desde su lugar favorito, tirado a la derecha del mediocampo, arrancó con velocidad para sacarses hombres de encima y buscar la pared en velocidad.
Esta vez la posesión no fue lenta. Los de Martino entendieron que debían tener velocidad de tres cuartos en adelante y así poder romper con la defensa rival. Aunque no fue por toques consecutivos sino por individualidades -las de Pastore, Di María y Messi, la superioridad era efectiva.
El gol lo tuvo Argentina dos veces, pero las manos de Ospina lo evitaron. Di María rompió por izquierda, como toda la noche, y encontró al Kun Agüero entrando por el medio del área. El punta del City la tocó, pero el uno dijo no. En el rebote, que se elevó, apareció solo Messi y el cabezazo no tenía otro destino que la red del arco, pero el arquero del Arsenal tuvo una reacción impresionante.
Colombia quería jugarle de igual a igual pero no pudo y rápidamente Pekerman cambió el esquema. Sin poder crear alguna situación de peligro y perdiendo en el mediocampo, el "Profesor" no dudó y sacó a Teo Gutiérrez para reforzar el mediocampo con el ingreso de Carmona y adelantar a James Rodríguez. Apenas se jugaba la mitad del primer acto.
Sin embargo, el dominio no cambió de mando y Argentina jugó como quería. Sin pasar sobresaltos atrás y todo en campo del rival. "Sometiendo", como explicó Mascherano el día antes del partido en la conferencia de prensa.
Con este panorama en contra, Colombia debió buscar en la pierna fuerte y el roce las formas para detener el avance albiceleste. En el medio hubieron dos faltas muy claras adentro del área que el mexicano García Orozco inexplicablemente no vio. Un agarrón de Murillo a Otamendi y luego una falta sobre Messi en otra jugada revuelta.
En la parte final el desarrollo del juego no cambió y se evidenció aún más. Con el equipo de Martino buscando por todos lados y Colombia aguantando para salir de contra y tratar de dañar por ese camino.
Era un duelo de estrategas. Martino y su idea irrenunciable de atacar más allá de los riesgos y un Pekerman inteligente, sabedor de que su equipo está un par de escalones por debajo en la comparación de individualidades, pero que por funcionamiento colectivo podía complicar tranquilamente.
Sin Agüero en una gran noche, el Tata le dio la chance a Carlos Tevez para tratar de capitalizar alguna situación de peligro. Pastore, de buen arranque cayó en su nivel y también debió salir. En su lugar ingresó Banega, para tratar de asociarse con Di María y Messi.
Banega ni bien entró tuvo a los pocos minutos un remate que besó el ángulo derecho del arco de Ospina, con una dura falta de Cuadrado sobre Messi de fondo. Lo metió en un arco el seleccionado nacional al cafetero, pero el gol no quería llegar.
Después del aviso de Banega llegó la chance de Marcos Rojo. El lateral del Manchester United anticipó en el área un centro de Di María y su remate dio en el palo y recorrió la línea del arco sin poder encontrar alguna pierna argentina que la empujara.
Colombia, que renunció muy temprano al juego y al ataque, tuvo una clara con un cabezazo en soledad de Murillo tras un córner de James Rodríguez. Sin mover demasiado el esquema, Pekerman metió a Falcao, que muy lejos de su nivel, sigue siendo peligroso para tratar de encontrar en alguna jugada descolgada el premio mayor.
Otros rendimientos para destacar fueron los de Mascherano y Biglia, que fueron una muralla en el mediocampo. Quite, entrega y juego, base para un funcionamiento que no rozó la perfección por la falta de puntería, y también de suerte.
Con apenas cinco minutos por jugar, Martino le dio la chance al Pocho Lavezzi, que hizo su debut en el torneo. Pocos minutos para el atacane del PSG, que no había tenido acción. Sin embargo, la última clara la tuvo Tevez, que la pinchó por arriba de Ospina, pero sin la fuerza necesaria para meterse y permitir el despeje de Zapata casi sobre la línea.
Argentina intentó por todos lados y no encontró la llave. Colombia aguantó como pudo y llevó la definición a lo que nadie quería, los penales. De aquí en adelante, los méritos del partido quedaron de lado y el pase a semis se resolvió con la tanda desde los once metros.