El Senado prepara una sesión especial para el próximo miércoles impulsada por el Frente de Todos a través de la modalidad de videoconferencia por la pandemia de coronavirus, pero para concretarla deberán llegar antes a un acuerdo oficialismo y oposición en cuanto a las presencias que podrían estar en el recinto, punto en el que cada bloque tiene su propuesta.
La presidenta de la Cámara y vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, propuso sesionar el miércoles por videoconferencia, con ella en el recinto de sesiones, acompañada por el secretario parlamentario, el peronista Marcelo Fuentes; y el prosecretario parlamentario, el radical Juan Tunessi.
La idea es que Fernández de Kirchner modere el debate y dé la palabra a los legisladores que podrán estar en sus casas o en algún lugar oficial con un buen ancho de banda, incluso, en sus despachos, ubicados a pocos metros del recinto de sesiones.
Por el contrario, Juntos por el Cambio pretende que los jefes de los bloques y algunos senadores puedan ingresar al hemiciclo, aunque no sean más que una quincena, que se ubicarían en sus bancas, guardando una distancia prudencial.
El argumento de la Suprema Corte de Justicia de que sólo el Poder Legislativo debe resolver cómo sesionar, habilitó a avanzar con la que será la primera sesión virtual de la historia del Congreso nacional.
En la sesión del miércoles, se tratarían los decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) firmados por el presidente Alberto Fernández desde la declaración del aislamiento social, preventivo y obligatorio para mitigar la propagación del coronavirus.
Estos DNU ya recibieron dictamen de la Comisión Bicameral de Trámite Parlamentario, por lo que están listos para ser debatidos en el pleno, que cuenta con mayoría oficialista.
Para debatir otros proyectos vinculados a la pandemia que no sean los DNU se necesitaría una mayoría importante, porque debería hacerse sobre tablas y sin dictamen de comisión, para lo que se requeriría el apoyo del interbloque de Juntos por el Cambio, cuyos integrantes asistirán a una reunión de Labor Parlamentaria que se realizará mañana.
El acuerdo político resulta imprescindible para la habilitación de un criterio para sesionar que no está previsto en el Reglamento de la Cámara.
Aunque la Corte se haya declarado prescindente en las decisiones de otro poder del Estado, el Senado debería resolver mediante una sesión presencial o un acuerdo político muy bien fundado la adopción de otra forma para sesionar que no sea la presencial.
En la reunión de mañana, no obstante, las partes deberán llegar a otro acuerdo debido a que mientras el oficialismo aceptó las condiciones de sesionar que propuso Fernández de Kirchner, Juntos por el Cambio presentó una propuesta diferente.
El escollo que deberán resolver las partes mañana es, entre otros, contar con la anuencia de que a ningún senador se le ocurra ingresar al recinto ya que nadie podría impedírselo porque, en caso contrario, se estaría violando un derecho constitucional.
Los puntos en los que sí están de acuerdo el oficialismo y la oposición tienen que ver con cuestiones menores pero que harán a la organización de la sesión.
Por ejemplo, que los legisladores que se conecten de forma remota puedan hacerlo desde organismos oficiales en sus provincias o desde sus domicilios particulares, si las condiciones de conectividad lo permiten.
Otra cuestión tiene que ver con flexibilizar al máximo la lista de oradores y los tiempos de uso de la palabra, siempre que las posibilidades técnicas así lo permitan.
Finalmente, que la modalidad de videoconferencia sea utilizada para iniciativas legislativas vinculadas a la emergencia dentro del período que las circunstancias sanitarias así lo exijan.