Se trata de la napolitana María Teresa De Filippis, quien fuera presidenta del Club Maserati y tuvo el privilegio de conducir la Maserati 250 con la que Juan Manuel Fangio obtuvo su quinto y último título de Fórmula 1.
La italiana de 88 años, que debutó en la máxima categoría del automovilismo mundial en 1958, volvió a subirse a un monoplaza en el circuito de Monza tras haber disputado solamente cinco Grandes Premios (Mónaco en dos ocasiones, Bélgica, Portugal e Italia).
La primera mujer que manejó un F12 es un ejemplo de cuidado y buena vida. No cualquiera, a los 88 años, conduce un antiguo Fórmula 1 a alta velocidad.