Miles de jóvenes chilenos protestaron ayer por el centro de Santiago, en la primera marcha estudiantil bajo el gobierno de Michelle Bachelet, desconfiados de que la reforma educativa que anunció la mandataria vaya a satisfacer sus demandas.
La marcha, convocada por gremios de estudiantes universitarios y pre universitarios, partió desde la plaza Italia, en el centro de Santiago, con unas 40.000 personas, según la Policía, y 100.000 según los organizadores.
"Volver a las calles nos pone felices, no vamos a parar hasta que nuestras demandas sean escuchadas, no importa quién esté en el gobierno", dijo Claudia Henríquez, una estudiante.
"Hay un gobierno que no plantea medidas claras para cambiar el rumbo de la educación en Chile, no responde a todos los titulares y consignas que el propio gobierno tomó del movimiento social, y frente a eso los estudiantes marchamos", dijo por su parte Melissa Sepúlveda, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech).
Los estudiantes volvieron a desfilar frente al Palacio de La Moneda, casi dos años después de que el ex presidente derechista Sebastián Piñera prohibiera el paso de las protestas frente a la Casa de Gobierno. Además, se percibió una menor presencia policial a lo largo del recorrido capitalino.
La marcha transcurrió pacíficamente al ritmo de tambores y bailes con pancartas pidiendo un cambio en el sistema educativo, pero al final del recorrido, grupos aislados de encapuchados armaron barricadas y se enfrentaron con la policía, que usó carros lanza agua y gases lacrimógenos para dispersarlos, según el balance de la policía.
"Tenemos 101 personas detenidas, entre menores y adultos de ambos sexos, a quienes se les están acreditando graves ilícitos, como el uso de bombas incendiarias", informó horas más tarde, Ricardo Solari, jefe de Policía de la zona oeste de Santiago. "Pero en el todo, fue una marcha pacífica", agregó Solari.
Esta es la primera protesta estudiantil que soporta la izquierdista Bachelet. El motivo es la desconfianza de los estudiantes por la reforma educativa que la mandataria pretende implementar, y que promete cambiar las bases del sistema privatizado de enseñanza heredado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Según los dirigentes estudiantiles -quienes ya se han reunido con el ministro de Educación-, los pocos detalles que se conocen de la reforma no dejan claro si resolverá sus tradicionales demandas de educación gratuita y de calidad, y se pondrá fin al sistema educativo mercantilizado.
Bachelet había prometido educación gratuita a nivel universitario en los próximos seis años, y ha enviado al Congreso una reforma tributaria que pretende recaudar 8.200 millones de dólares para financiar ésta y otras medidas. También busca acabar con el lucro y el copago en las escuelas subvencionadas -las de mayor matrícula en Chile-, y la selección previa para filtrar los alumnos, lo cual provoca una segregación por origen socioeconómico.