Ayer a las 12, Ricardo Jaime, el otrora poderoso secretario de Transporte de los gobiernos de Cristina Fernández y Néstor Kirchner, estaba tranquilo junto a su abogado Marcelo Brito.
Los fotógrafos y camarógrafos apuntaron sus lentes para inmortalizar el momento de la sentencia en el primer juicio al que fue sometido, de un total de seis causas en las que ya está procesado; y otras 15 en las que aparece imputado, por delitos como enriquecimiento ilícito o estrago culposo.
Apenas treinta segundos después de que los jueces del Tribunal Oral Federal Nº 2 de Córdoba, Fabián Asís, Carlos Lascano y José María Pérez Villalobo ingresaran a la sala de audiencias, al acusado y su defensor les cambió el rictus.
En el preciso momento en que el presidente Asís, leía la sentencia, Jaime levantó su mirada hacia el cielo: "El Tribunal Oral Federal N° 2 de Córdoba por unanimidad, resuelve: Condenar a Ricardo Raúl Jaime, ya filiado en autos, como autor penalmente responsable del delito de sustracción de documentos destinados a servir de prueba ante la autoridad competente, en grado de tentativa. E imponerle en tal carácter la pena de seis meses de prisión en suspenso, con costas".
Lo que vino después, el ex secretario de Transportes no lo escuchó, quedó aturdido por su primera condena. El defensor Brito, tomó nota: "Imponer al nombrado por el término de dos años, las siguientes reglas de conducta: Fijar residencia de la que no deberá ausentarse sin autorización del Tribunal; y someterse al cuidado del Patronato de Presos y Liberados de su lugar de residencia".
"La verdad que no tiene ningún sentido. Me retiro contrariado porque consideraba que no había elementos para que esto saliera así", aseguró Jaime visiblemente enojado tras oir el fallo. Pese a seguir libre; Jaime es el segundo funcionario K condenado.
En diciembre de 2012, la ex ministra de Economía, Felisa Miceli, también fue sentenciada a una pena de prisión condicional.
La semana pasada, el fiscal federal Maximiliano Hairabedián había solicitado un año de prisión en suspenso, tras exponer detalladamente en su alegato, que cerca de las 13.30 del lunes 7 de junio de 2010, mientras era allanado el chalé de Omaguacas 91 de Villa Carlos Paz -ahí vive su hija Julieta-; Ricardo Jaime intentó apoderarse de cuatro o cinco tarjetas personales, ya secuestradas.
Esas tarjetas, de color negro con su nombre en rojo o blanco; sindicaban al ahora condenado como "Director Ejecutivo" de Cerro Motos, una concesionaria en la que hasta 2008 trabajó Santiago De Vido, hijo de Julio De Vido, actual ministro de Planificación Federal. Las tarjetas habían sido secuestradas de una habitación de la planta alta por la abogada y contadora Eleonora Feser, que participó del allanamiento.
Como esas pruebas lo ligaban con el presunto enriquecimiento ilícito, Jaime las quiso hacer desaparecer. Pero el policía federal Miguel Maidana, a cargo del allanamiento ordenado por el juez porteño Norberto Oyarbide, lo descubrió y obligó a restituírlas.
Si bien el delito por el que el ex funcionario fue condenado es menor y la escala penal va de 15 días hasta dos años y ocho meses de prisión; esta sentencia lo complica.
"Estoy conforme porque esta Fiscalía había pedido una sentencia condenatoria y el Tribunal finalmente condenó a Jaime por este delito", dijo el fiscal Hairabedián.
Por su parte, el defensor Marcelo Brito cuestionó la condena: "Fue un fallo político; estoy muy sorprendido". Y siguió: "La política se metió en los Tribunales. Los jueces se apartaron claramente de la ley. No me cabe ninguna duda de que si en vez de Jaime, otro hubiera sido el imputado, jamás con esa prueba hubiera llegado al juicio", protestó Brito.