Luis Abrego - labrego@losandes.com.ar
Aún bajo la conmoción por la muerte del fiscal Alberto Nisman -cuyo homenaje dividió aguas esta semana- y en el enrarecido clima político que marca la confirmación del procesamiento del vicepresidente Amado Boudou y la detención en Chacras de Coria de su supuesto testaferro, Alejandro Vandenbroele, Mendoza inicia hoy el cronograma electoral nacional.
Más allá de los lugares y los futuros personales en juego, por estas horas parece comenzar a establecerse dos estrategias electorales disímiles, de cuyo acertado diagnóstico y ejecución podrá depender el éxito o el fracaso del oficialismo y la oposición.
En ese sentido, las PASO de Capital y San Carlos serán apenas un contundente aperitivo en el que por obra y gracia de la intuición de sus conducciones, la radical de Rodolfo Suárez y la demócrata-massista de Jorge Difonso, el adelantamiento fue una hábil jugada para legitimarse (en el primer caso) y consolidarse (en el segundo).
En ambas experiencias, la reafirmación del poder territorial es la tentación más próxima de aquellos que por fortaleza o debilidad desean al menos conservar lo que tienen antes que aspirar a mayores desafíos.
Una táctica que no sólo es patrimonio de opositores, sino que fue -precisamente- la urgencia que movió a los intendentes del PJ a presionar y finalmente torcer el brazo al gobernador Francisco Pérez, cuyo intento de privilegiar la estrategia nacional fue en vano.
Consumado el desdoblamiento y ante la inédita (y variopinta) construcción que consiguió la UCR, al aglutinar detrás de la candidatura de Alfredo Cornejo y Laura Montero al 95% del arco opositor, al PJ no le ha quedado más opción que forzar la unidad y esperanzarse en la tracción de sus intendentes.
La opción del proceso en ciernes es entonces acuerdos compactos versus territorio propio. La incógnita, en todo caso, pasará por el resultado de la disputa simbólica de imponer una campaña donde lo que prime sea la elección del gobernador (el anhelo de la UCR) o el mantenimiento de las gestiones locales (la esperanza del PJ).
En ese contexto, se explica la paciente sumatoria que casi con espíritu de coleccionista ha realizado Cornejo, quien no sólo disciplinó la rebelde interna radical sino que, además, consiguió uno a uno los apoyos de casi todo el antikirchnerismo (incluso el PD y salvo el trotskismo del FIT y el MST).
En su búnker de campaña creen que si la oposición está unida detrás de una candidatura expectante y con buena imagen como la del intendente de Godoy Cruz, y sin el efecto del arrastre nacional, las chances de que un radical vuelva a la Casa de Gobierno después de 8 años de gestiones justicialistas, son más que importantes.
Para disminuir su déficit en territorios de clásica o reciente impronta PJ, Cornejo busca alentar la competencia pero sin dispersar el voto. Sabe que será competitivo (y seguramente ganador) en las comunas radicales, pero también en otras como Guaymallén y Luján.
Pretende evitar la paliza en bastiones justicialistas como Las Heras, Maipú y San Rafael. Su estrategia será en esos territorios adversos, “ir casa por casa” de la mano del cuco de los intendentes peronistas: Julio Cobos.
A la inversa, en el PJ parece haber logrado consenso mayoritario pero todavía no definitivo, la candidatura a gobernador de su dirigente mejor posicionado, el senador nacional Adolfo Bermejo.
Fuera del molde siguen aún el kirchnerista Guillermo Carmona y el inmanejable Matías Roby. Ante ese esquema, las discusiones de este fin de semana se dieron en la constitución de la fórmula con el maipucino.
Algunas opciones que se manejan son la de una dupla “Azul-Azul” con Jorge Tanús; otra de balance interno y territorial con el sanrafaelino Omar Félix (que es el menos dispuesto a dar el sí ya que pretende un lugar en las listas nacionales) y una tercera (y sorpresiva) con el ministro de Transporte Diego Martínez Palau.
Esta última cerraría incluso con el aval del cada vez más influyente en el mundo K, el también presidenciable Florencio Randazzo.
Durante esta semana, las negociaciones seguirán con intensidad. La intención es aislar a Roby pero no desalentarlo a competir: como a Carmona, lo necesitan en las PASO como sparring del binomio oficialista, cuyo premio consuelo -para el ministro- sea una posterior candidatura a intendente en Godoy Cruz, paradigmática e inalcanzable comuna para el peronismo.
En paralelo, el PJ afirma además su decisión de poner en cada municipio todo lo que tiene. Desde Carlos Ciurca en Las Heras, pasando por los viejos y poderosos caciques de cada rincón provincial, hasta el reciente redesembarco de Alejandro Abraham en Guaymallén ante la posibilidad cierta de hacer agua en el populoso departamento que dejó en manos de su mano derecha Luis Lobos y que, según se desprende de la urgencia de su retorno, no supo conducir.
Disgresión. Por cierto, y hablando de intendentes justicialistas, no se han visto ni escuchado a las abundantes agrupaciones para y pro gubernamentales, siempre preocupadas por estigmatizar a opositores, salir a cuestionar o directamente pedir el apartamiento del santarrosino Sergio Salgado, imputado recientemente por violencia de género. Relato doble estándar.
Mientras estos escenarios se dilucidan, hoy Capital se apresta a encaminar la ratificación de Suárez. Según cálculos propios aspiran a mejorar “en al menos 10 puntos” la postergada elección de 2014 en la que “Roddy” encabezó la lista de concejales radicales (logró el 37,5%).
Suponen que -proyectados- una performance de estas características podría otorgarles en la general entre cuatro y cinco concejales. Ése es el ambicioso pero no imposible objetivo, además de ofrecer a Cornejo el primer éxito de un año clave.
En San Carlos, el entorno de Jorge Difonso también es optimista pero más cauto. Como los radicales capitalinos, temen al impacto que podrán tener los camiones del Gobierno nacional que, durante estos días, han repartido en ambos departamentos anteojos, pero también antenas para televisión satelital “y hasta jubilaciones” dicen desde el Valle de Uco. Allí, la candidatura K la encarna Juan Jofré, de Kolina, el movimiento que conduce la cuñada presidencial Alicia Kirchner.
Al margen de ello, y de superar el test de hoy, Difonso podría mostrarse (también con prevenciones) dispuesto a encolumnarse en el frente provincial que propicia el cornejismo.
“Todo dependerá de la voluntad de apertura y diálogo”, apuntan desde el entorno del intendente, a la vez que reconocen “buena” relación con Cornejo, pero “mejor aún” con otros referentes radicales como el juninense Mario Abed o Enrique Vaquié. Seguramente, “después del lunes” van a hablar con Cornejo;, aseguran y garantizan que no saldrán a cuestionar el acuerdo que incluso suscribió Sergio Massa.
Entre la unificación opositora para buscar la polarización que plantea la UCR, y la entronización del poder municipal de caciques con ambiciones de emperadores, Mendoza da el puntapié inicial de una pelea cuyo premio mayor será la Presidencia de la Nación. Mucho antes, numerosos rounds como los de hoy marcarán una batalla de largo aliento en la que no sólo importa el voto sino, y principalmente, cómo y con qué argumentos captarlo.