A las 10, en la explanada de Casa de Gobierno, la nueva conducción del SUTE realizará lo que podría considerarse su primera medida de fuerza contra el gobierno de Alfredo Cornejo.
Será una concentración, frente al balcón del Gobernador, con la modalidad de plenarios extraordinarios departamentales; es decir, en la práctica será una asamblea de delegados, los únicos que pueden sortear el descuento del ítem Aula y de los secretariados departamentales.
Con ese detalle no menor, podría considerarse que es una medida de fuerza con ciertas garantías de éxito, pero no parece haber demasiado optimismo en la cúpula del SUTE al respecto.
Es más, esgrimen como atenuante una desorganización de las bases sindicales que sueñan revertir con la renovación total del cuerpo de delegados que arranca a fin de este mes.
Ayer a media mañana, las autoridades escolares aseguraban que las asambleas habían sido presenciadas por el 1 por ciento de los docentes en todas las escuelas y que quienes habían participado el martes no lo hicieron el miércoles y viceversa. Había una discreta satisfacción, aunque especulaban con que la convocatoria de hoy sería numerosa.
La cuenta que sacaban era sencilla: hay unas 1.500 escuelas en toda la provincia, a un delegado por escuela, en la DGE especulaban que podría juntarse una buena cantidad de gente en la explanada, tal vez no 1.500 delegados, pero especulaban con unos 700 u 800 deliberando.
Sin embargo, en el SUTE no había tanto optimismo. A primera hora de la tarde, el nuevo titular del sindicato docente, Sebastián Henríquez, decía “no creo que lleguemos a un número tan grande por el nivel de apuro con que tuvimos que hacer todo esto”.
Párrafo siguiente, Henríquez deslizaba sutilmente su principal temor por la desorganización y paralización de la estructura de base del SUTE, es decir el cuerpo de delegados.
Primero admitió que no tenía datos acerca de la participación en las asambleas: “Cualquier número que diga es mentiroso. La estructura del sindicato recién se está organizando. Entonces no tengo cómo saber a ciencia cierta qué escuela hizo asambleas y cuáles no. Hubo supervisores que no autorizaban asambleas, entre otras formas de presión”.
Luego lanzaba la novedad: “Ahora vamos a tener elección de delegados para renovar toda esa estructura y poder estar mejor organizados”.
La elección de delegados empezará el 28 y no tiene fecha final. Se sabe que se irá desarrollando en todas las escuelas durante todo setiembre.
El prosecretario de Educación Media y Superior del SUTE e histórico dirigente de la lista Marrón, Roberto Garcés, explicaba que los mandatos de dos años de los actuales delegados vencen entre agosto y setiembre, por lo que iniciarán un proceso masivo de elecciones en cada escuela.
“Hay muchas escuelas que no tienen delegado porque siempre hay movimiento de docentes, hay personas electas que ya no están en las escuelas donde fueron elegidos”, argumentó.
Luego Garcés indicó que desde la victoria de la lista Marrón ha habido muchas afiliaciones al SUTE, por lo que podría haber nuevos candidatos entre esos afiliados recientes.
“Durante mucho tiempo el delegado estaba solo en su escuela. No había un vínculo permanente entre él y el sindicato. Eso es lo que queremos cambiar; tiene que estar permanentemente apoyado y asesorado por el SUTE, acompañado en las acciones que se vayan haciendo”, ejemplificó.
Más allá de las explicaciones oficiales, cabe recordar que en la última elección del SUTE de junio pasado, cuando Henríquez se alzó con la secretaría general del gremio docente, el electorado docente se partió en casi tres partes iguales, por un lado la lista Celeste que encabezaba Gustavo Maure, la azul-naranja que encabezaba Graciela González y la Marrón de Henríquez.
Las secretarías generales departamentales también quedaron partidas exactamente en tres: de los 18 departamentos, cada una de las listas se quedó con seis.
Con ese panorama al interior del SUTE, parece inevitable que Henríquez y la nueva conducción provincial considere clave renovar los liderazgos en las escuelas y contar con un cuerpo de delegados más cercano políticamente.
Apoyan sanción a copiones pero sólo si se comprueba
Sebastián Henríquez, titular del Sindicato Unidos de Trabajadores de la Educación, dijo ayer que si se comprueba que los docentes denunciados realmente copiaron, deben ser sancionados.
El secretario del SUTE reconoció además que aún estos dos profesores no se acercaron al sindicato a solicitar ayuda legal.
“Lo primero que hay que decir es que tenemos normas disciplinarias en el sistema y todos sabemos lo que podemos hacer y lo que no podemos hacer; no es distinto de la relación con los alumnos en la escuela. Cuando uno infringe una norma y sabe que hay una sanción, se expone a eso. Me parece que no hay mucho debate”, dijo a Elevediez.
Agregó: “Si esos docentes, después del derecho de defensa que tenemos todos, se demuestra que copiaron, se tiene que aplicar la norma disciplinaria correspondiente”.
Henríquez sostuvo que sería “incorrecto” que el gremio funcionara corporativamente y defendiera a capa y espada a miembros que actuaron contra la ley. Sin embargo, aclaró que las puertas del sindicato están abiertas por si los docentes necesitan ayuda.
“Si se acercan van a tener todas las herramientas necesarias. Nosotros defendemos los derechos de todas y todos”, indicó.
“Nosotros no somos jueces. Hay junta de disciplina, hay un proceso para hacer esto y los propios docentes votan y eligen en juntas de disciplina”, concluyó.
Son dos los maestros acusados de haber copiado durante el examen del concurso de jerarquía directiva el 31 de julio pasado.
Uno de ellos salió en televisión a defenderse y dijo que no se “macheteó” durante la prueba. El docente, que vive en el Sur provincial, dio la cara en los medios e intentó aclarar: “No es un machete. No tenía conceptos, sólo palabras”.