El ministro de Economía de la Provincia de Buenos Aires, Hernán Lacunza, recibió un llamado en la tarde de ayer a su teléfono celular que lo obligó a cortar otra comunicación. No podía esperar: era María Eugenia Vidal. La gobernadora fue la encargada de comunicarle que se sumaría al gabinete de Mauricio Macri para reemplazar a Nicolás Dujovne en Hacienda.
Enseguida, Lacunza decidió suspender sus vacaciones en Neuquén junto a su familia y regresó para reunirse con el Presidente.
A las pocas horas, Dujovne difundió su renuncia. "Como bien sabés, puse todo de mí, tanto personal como profesionalmente", señala el ministro saliente en su carta de salida; en la misiva en la que llama al Presidente por su nombre, lo trata de vos, le agradece su liderazgo y, también, reconoce errores.
Dujovne también envió un mensaje de whatsapp al resto del Gabinete para despedirse. Admitió que en los primeros días colaborará con su reemplazante. Al cierre de esta edición se esperaba que Macri recibiera a su flamante ministro en Olivos, aunque la reunión estaba fuera de agenda y podría terminar de plasmarse hoy.
El lugar de Lacunza en la Provincia lo ocupará Damián Bonari, su número 2.
La mesa chica
La decisión terminó de cocinarse este sábado por la mañana en Los Abrojos, la quinta familiar de Macri. Hasta allí se trasladaron los dirigentes más poderosos del oficialismo: Vidal, el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta y Marcos Peña. Hubo hermetismo toda la jornada.
La gobernadora resultó fundamental para la salida de Dujovne y no vería con malos ojos que el Jefe de Gabinete también diera un paso al costado. Peña por ahora sigue en su cargo.
Cerca del Presidente preferían esperar algunas semanas para estabilizar la situación económica antes de avanzar con cambios, que también daban por descontados. Macri había descartado cambios en el Gabinete. "Ahora no sirven", dijo en la conferencia de prensa del lunes.
El nombre de Lacunza ya había sonado con fuerza antes de las PASO, una posibilidad que inquietaba a Vidal, que ya toleró el paso de funcionarios bonaerenses a la administración nacional, como el ministro de Educación Alejandro Finocchiaro y el titular del PAMI Sergio Cassinotti.
Luego de la dura derrota en las primarias, Vidal se resignó. "Quedan pocos meses. Ojalá vaya Hernán, es lo mejor que puede pasar", decían en los despachos más importantes de la gobernación.
Dujovne había salvado su pellejo en septiembre de 2018, con la corrida cambiaria a cuestas, cuando la gobernadora presionó por su salida. Lo responsabilizaba por el traslado de $ 35 mil millones de los subsidios al transporte, las empresas energéticas y la licuación del Fondo del Conurbano.
Vidal y Lacunza reclamaban una actualización de $ 19 mil millones del Fondo del Conurbano, que Dujovne resistió en pos del equilibrio fiscal comprometido con el FMI, que Macri traicionó con el paquete de medidas de esta semana.
En los últimos días y hasta que el teléfono lo interrumpió, Lacunza había elegido mantenerse ajeno a los rumores. "No hay que escucharlos, tenemos que poner lo que hay que poner y trabajar", sostenía en la intimidad. Sabía que en la Rosada preferían esperar a la reunión de los enviados del FMI, que ahora -dicen- podría postergarse.
Antes de embarcar rumbo a Aeroparque, Lacunza decidió suspender la implementación de 7 medidas que había pergeñado, a pedido de Vidal, para paliar el impacto de la devaluación en la Provincia.
Entre las ventajas de sumar a Lacunza al gabinete, en el Gobierno cuentan su sintonía con Guido Sandleris, el actual titular del Central, que era su secretario de Finanzas en 2016, antes de partir a la Provincia. Ahora deberá hacerse cargo del "fierro más caliente" del Gobierno en el peor momento de Macri.
Quién es el nuevo ministro de Hacienda de Macri
Nacido en la Ciudad de Buenos Aires en 1970, hincha de Racing, casado y padre de dos hijos, Lacunza es licenciado en Economía de la UBA, con un posgrado de la Universidad Di Tella. Su perfil académico le permitió ofrecer conferencias en el país y en el exterior.
A nivel político, ocupó distintos cargos durante los gobiernos de Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner, Cristina Fernández y el propio Macri, además de un breve paso por el equipo económico del Frente Renovador de Sergio Massa.
Entre 2002 y principios de 2005 fue director del Centro de Economía Internacional de la Cancillería.
En marzo de 2005 desembarcó en el Banco Central. En sus casi seis años en la entidad ocupó dos cargos: economista jefe y gerente general.
En enero de 2010 dejó el BCRA y fundó la consultora Empiria, de la que fue su director hasta diciembre de 2013, cuando asumió como gerente general del Banco Ciudad, con Mauricio Macri como jefe de Gobierno porteño.
Tras el triunfo en diciembre de 2015 de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires, se convirtió en ministro de Hacienda bonaerense y hombre de extrema confianza de la gobernadora María Eugenia Vidal.