José Luis Toso - jtoso@losandes.com.ar
Dentro de una semana los mendocinos tendremos una aproximación de lo que serán las elecciones generales del 21 de junio. La convocatoria a las urnas para cumplir con las primeras PASO provinciales será un inevitable testeo de la elección definitiva posterior.
En un escenario totalmente polarizado entre el oficialismo y el frente Cambia Mendoza, todo pasa por saber con qué respaldo en las urnas cuenta la fórmula que encabeza Alfredo Cornejo, favorito en todas las encuestas, para enfrentar en la pulseada definitiva a quien resulte victorioso en la contienda interna del Frente para la Victoria. Inevitables características de una primera vuelta electoral.
Como ocurre en estos casos, si el frente que encabeza la UCR alcanza por lo menos diez puntos porcentuales a su favor en la elección del próximo domingo, resultaría difícil para el oficialismo descontar esa diferencia dos meses después.
Aunque entre los precandidatos del Frente para la Victoria existe el convencimiento de que quien sea oficializado como candidato a gobernador acrecentará sus chances de cara a las generales, por el compromiso entre los sectores internos en pugna de apoyar y dejar de lado las diferencias actuales, que no son menores.
Las problemáticas cuentas provinciales. El momento financiero de la Provincia poco ayuda al oficialismo en esta campaña. En la semana se confirmó que también los municipios atraviesan situaciones complicadas, en la mayoría de los casos porque la remisión de recursos coparticipables no llega a tiempo o con la regularidad que en otros tiempos tenía.
Distintos jefes departamentales blanquearon la complicada coyuntura y se supo que los cumplimientos salariales en varias comunas también fueron escalonados y en algunos casos el personal jerárquico debió esperar muchos días para recibir su salario de marzo.
Más allá de la baja recaudación tributaria con la que se justifican el Gobierno y todo el oficialismo y que en ese sentido poco ayudó la abundancia de feriados recientes, la preocupación pasa en el PJ por saber si estas intermitencias seguirán sucediéndose y si a esa dificultad mucho seguirá contribuyendo la muy mala relación que actualmente tiene el Gobierno con la Casa Rosada.
Y si alguna duda quedaba sobre el actual distanciamiento, la reciente visita del ministro Axel Kicillof para apoyar la candidatura de Guillermo Carmona terminó aclarando el panorama. El titular de Economía no ahorró críticas a la gestión provincial en su corta visita del viernes. “... si en el país hay mucho por hacer aún, en Mendoza hay mucho más, porque hay que aprovechar más las oportunidades”.
Por dichos como éstos y otros gestos del ministro de más confianza de Cristina Kirchner, no quedaron dudas de que la Casa Rosada a través de Kicillof no sólo concurrió para apoyar explícitamente a la fórmula Carmona-Naman, sino también para procurar instalar aquello que el kirchnerismo local se encarga de remarcar una y otra vez para diferenciarse de Bermejo y del resto del oficialismo, fundamentalmente: “Los problemas de Cristina son con el gobierno provincial, no con los mendocinos”.
El propio Carmona aseguraba ayer en declaraciones radiales que “Cristina seguirá acompañando a Mendoza” más allá del enojo con el peronismo mendocino.
Hubo anoche otro gesto hacia la fórmula de candidatos kirchneristas: la visita del ministro de Turismo de la Nación, Enrique Meyer, para sumarse al apoyo. Y dicen que en los próximos días podrían llegar a la provincia otros personajes del gobierno cristinista.
Claro, si la unidad que pretendía el oficialismo nacional para Mendoza en torno a la figura de Carmona se hubiese concretado, seguramente otro sería el clima interno actual. En cambio, ahora los cuestionamientos por los problemas financieros que no puede solucionar el gobierno local trascienden y preocupan.
Más allá del resultado del próximo domingo, queda claro que Guillermo Carmona mantendrá su protagonismo político al amparo del liderazgo que, por ahora nadie duda, seguirá ejerciendo Cristina Kirchner hacia las elecciones de agosto.
Además, el peronismo mendocino más ortodoxo sabe que aunque triunfe Bermejo en las primarias, necesitarán del buen vínculo con el kirchnerismo pensando en el proceso electoral que concluye con las generales de junio. Si no, remitirse a la gestión del propio Carmona para destrabar la confusa situación creada con el Banco Nación para el pago de los salarios.
Hasta desde los sectores más vinculados a Carmona admiten que a la Casa Rosada no le conviene, sea cual fuese el candidato que represente al Frente para la Victoria, que Mendoza estalle por su crisis financiera o que una eventual derrota tenga las características de la última contienda, la de las legislativas de 2013, en las que el PJ fue claramente doblegado por la lista que en esa instancia encabezó Julio Cobos.
Por el lado de Adolfo Bermejo, quien está al frente en las encuestas dentro de la interna oficialista que se dirimirá en las PASO, se prefirió en los últimos días no expresarse públicamente con respecto al malestar por el lento manejo de fondos hacia las comunas, aunque sí reconoció ante el periodismo el propio precandidato que de su parte, y en su elenco, “hay autocrítica” porque “hay cosas que faltan o que se hicieron mal”.
Bermejo sigue eludiendo las situaciones conflictivas mientras recorre silenciosamente la provincia en este tramo final de la primera campaña del año. Comentan en su entorno que en la semana final hacia las PASO le interesa estar presente en Buenos Aires para su actividad legislativa porque la comisión de Transporte del Senado, que preside, tratará la media sanción de la ley de estatización de los ferrocarriles, tema al que le presta especial interés, lo mismo que Carmona, por la incidencia que siempre tuvo el sistema ferroviario en nuestra provincia.
En el equipo de Daniel Scioli, el referente nacional que tiene la fórmula Bermejo-Martínez Palau, esperan el triunfo en el espacio del Frente para la Victoria de la fórmula que encabeza el actual senador nacional, en sintonía con lo que marca la mayoría de las encuestas.
Tres contra Cornejo. El tramo final de una campaña electoral puede deparar sorpresas. Y en este caso lo que anhelan en el oficialismo provincial es un repunte de cara al dominio que expresa en todos los sondeos conocidos el frente opositor que lidera Cornejo. Las estrategias han marcado hasta ahora una feroz discusión entre el líder radical y el Gobernador; la gestión provincial fue generalmente el argumento.
Muchos dudan en el PJ de la conveniencia de esa estrategia de choque del Gobernador con el mayor “enemigo” de los últimos tiempos del peronismo provincial.
Se inicia ahora una semana en la que unos buscarán tirar toda la carne al asador y otros preferirán mantener a fuego lento lo que ya tienen. Cornejo, líder en la encuesta general, y Bermejo, el mejor posicionado en los sondeos en la interna oficialista, tal vez sean los que prefieran arriesgar menos. Carmona, en cambio, considera que él es en el actual contexto el más indicado para plantearle debate al precandidato radical, postura que de algún modo comparte Roby.
Los que preanuncian un triunfo radical también recomiendan no subestimar a un justicialismo que, en su actual rol de león herido, puede dar fuerte pelea a partir de su fortaleza departamental.