En Mendoza se abre la posibilidad de aplicar una vez más la medicina preventiva, como instrumento para evitar o reducir los alcances de una enfermedad grave y reducir los costos de su atención.
Hace pocas jornadas, en el Senado provincial se aprobó la creación de un Programa Provincial de Prevención del Cáncer Familiar de Mama y Ovario de base hereditaria.
La norma, propuesta por el legislador Eduardo Giner, establece que los estudios genéticos sean obligatorios con cobertura imperativa en la provincia de Mendoza, para las pacientes que estén incluidas en el protocolo de riesgo que indica que necesitan hacérselo por factores hereditarios. Además, la ley en consideración (deberá pasar a Diputados) prevé realizar la cirugía de riesgo sin costo para las pacientes que den positivo en sus estudios médicos y dispone la reconstrucción de los casos que corresponda.
La Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer ha estimado para la Argentina una incidencia de 217 casos nuevos de esta enfermedad cada 100.000 habitantes y el volumen más importante corresponde al cáncer de mama, con más de 18.700 casos nuevos por año, lo que representa 18% del total y 36% del total de casos en mujeres, mientras el cáncer de ovario representa 3,8% con 2.274 casos.
Entre 5% y 10% de cáncer de seno y 25% de cáncer de ovario tienen una clara predisposición genética debida a mutaciones germinales transmitidas de generación en generación, que aumentan el riesgo de aparición de más de un tipo de tumor.
El legislador proponente y los organismos que hicieron el soporte científico de la normativa, saben que el tema de los recursos económicos que demandará la aplicación de la ley motivará discrepancias y reparos.
Si la medicina del futuro es la preventiva, la evaluación de gastos es propicia en este caso.
Hacer el mapeo genético para determinar la presencia de genes anómalos, realizar la cirugía de reducción de riesgo en aquellas mujeres que tengan el oncogén y practicar la cirugía de reconstrucción mamaria tienen un costo de aproximadamente 100 mil pesos. Claro, la cifra es exigua para el Estado, pero sumando las pacientes que necesitarán las intervenciones el volumen de desembolso puede ser importante pero infinitamente más barato que dar tratamiento a una persona con estos carcinomas.
El costo del tratamiento a una mujer con cáncer es de 600 mil pesos. Estos son valores económicos. Al respecto no debe obviarse la puesta en marcha de una rentabilidad social, que significa la posibilidad de prevenir una enfermedad que se da a menudo y evitar la mutilación que significa el tratamiento de estos males aunque se salve la vida, situación que conlleva sufrimiento, dolor, frustración.
Por otra parte, es interesante destacar que la propuesta legislativa de crear este programa de prevención del cáncer, es el resultado del trabajo que desarrolla el Consejo Científico Asesor, que vincula saberes y acciones entre la Casa de las Leyes, el Gobierno provincial, las universidades Nacional de Cuyo (Hospital Universitario y Facultad de Ciencias Médicas) y Tecnológica Nacional, la Conae y el Centro Científico Tecnológico-Conicet Mendoza. Dentro de esta última unidad, deben destacarse los aportes científicos elaborados en este caso por el Instituto de Medicina y Biología Experimental (Imbecu).