BURRAGATE (Australia). Dos fuegos se fusionaron ayer en un masivo foco infernal en el sudeste de Australia, cerca de donde un hombre sufrió graves quemaduras al intentar proteger una vivienda de las llamas durante la noche, en medio de una oleada de incendios sin precedentes en el país.
Las autoridades evaluaban los daños luego de una noche en la que los bomberos lucharon contra unos fuegos avivados por los fuertes vientos registrados y donde los rayos activaron nuevos focos en Nueva Gales del Sur y Victoria, los estados más poblados de Australia. Las condiciones eran algo mejores el sábado y se espera que sigan siendo relativamente benignas la próxima semana.
"En esta situación, anoche lo hicimos bien", explicó el jefe del departamento de gestión de emergencias de Victoria, Andrew Crisp.
Las autoridades estaban "extremadamente aliviadas" porque los incendios no hubiesen sido más destructivos durante la noche, señaló el jefe del Servicio de Bomberos Rurales de Nueva Gales del Sur, Shane Fitzsimmons.
Un hombre sufrió quemaduras cuando protegía una casa cerca de Tumbarumba, en el sur de Nueva Gales del Sur, y fue trasladado por aire a un hospital de Sydney en estado grave para someterse a una cirugía, apuntó Fitzsimmons.
Varios bomberos sufrieron quemaduras leves y uno tuvo problemas respiratorios, pero no necesitó ser hospitalizado, agregó.
Sin lluvias intensas a la vista, el incendio que ocupa 640 mil hectáreas y que se formó durante la noche por la integración de dos más pequeños en la región de las Montañas Nevadas, se espera que arda durante semanas, dijeron las autoridades.
El saldo
La crisis de incendios que afecta al sudeste de Australia se cobró al menos 26 vidas desde septiembre, destruyó dos mil viviendas y arrasó una zona equivalente a poco más de la superficie de Panamá. Y derivó en acusaciones de que el gobierno conservador del primer ministro, Scott Morrison, necesita tomar más medidas para contrarrestar el cambio climático, que según los expertos ayuda a intensificar los fuegos.
Miles de personas se manifestaron el viernes en la noche en Sydney y Melbourne exigiendo la renuncia de Morrison y que Australia adopte medidas más duras contra el calentamiento global. En las protestas pudieron verse carteles que decían "Merecemos más que su negligencia", "Esto es el colapso del ecosistema" o "No podemos respirar", en referencia al humo de los incendios que sofoca a ambas ciudades.
Australia es el mayor exportador de carbón y de gas natural licuado del mundo y uno de los países que más gases de efecto invernadero emite per cápita.
Continuarán
Lo que ya es una catástrofe ambiental podría extenderse más allá de febrero. La perspectiva climática a largo plazo de la Oficina de Meteorología de Australia predice temperaturas superiores a la media y precipitaciones inferiores a la media para el este del país al menos hasta finales de marzo.
La temporada de incendios casi siempre llega a su pico en febrero, por ser el mes más caluroso y seco del verano. El combate de fuego se volverá fatigoso para los bomberos profesionales, voluntarios y militares que participan de esta lucha contra las llamas.
Pero varios expertos en clima severo aseguran que con las lluvias vendrán más problemas. Neville Nicholls, el profesor de la Universidad de Monash (Australia), indicó: "Todos esperamos que llegue la lluvia, pero traerá otros riesgos". Agregó que una sequía tan grande aumenta el riesgo de inundación cuando llegan las precipitaciones. "El riesgo de inundación se ve exacerbado por el suelo desnudo y la falta de vegetación", advierte.