La conveniencia política de que el proyecto de Presupuesto 2015 sea aprobado una vez electo el próximo presidente y la convicción de que “la ley de leyes” conlleva un fuerte ajuste de las cuentas públicas, fueron los puntos en los que coincidieron referentes económicos de los principales candidatos de la oposición a suceder a Cristina Fernández.
Así lo hicieron ante la consulta de este diario los economistas Mario Lavagna (UNA) y Federico Sturzenegger (Pro). Los Andes procuró también la opinión de la ministra de Economía bonaerense, Silvina Batakis, en su condición de referente del sciolismo, pero no tuvo respuesta.
Lavagna consideró, en este contexto, que el Presupuesto 2016 debería discutirse con la lógica que impone la coyuntura electoral, es decir, una vez electo el próximo presidente, en vez de “hacerlo ahora y con velocidad express”.
“El próximo presidente electo debería poder introducir las modificaciones que considere que hacen falta”, dijo a este diario el hijo del ex ministro de Economía Roberto Lavagna y uno de los principales referentes del equipo económico del candidato presidencial de UNA, Sergio Massa.
Lavagna entendió, sin embargo, que el Gobierno cumple con la ley al presentar el proyecto en setiembre, por lo que evaluó que aquellos cambios que el futuro presidente electo considere necesarios deberá hacerlos por la vía de una ley modificatoria.
En cuanto al presupuesto en sí que presentó el martes de esta semana el ministro de Economía, Axel Kicillof, Lavagna, quien además es primer candidato a diputado nacional porteño por UNA, dijo que tiene implícito un fuerte ajuste de alrededor de 200.000 millones de pesos.
Ese monto surge de la diferencia entre el déficit fiscal de 170 mil millones de pesos que estimó Kicillof para este año y el superávit previsto para 2016. “Si no es por el lado de los ingresos, será por el lado del gasto público, lo que no es otra cosa que un ajuste”, dijo.
Por su parte el diputado del Pro y economista Federico Sturzenegger, se preguntó qué impuestos subirá el Gobierno para justificar una inflación inferior al 15% y un alza promedio de la recaudación del 25%. “Nosotros creemos que los argentinos ya pagan demasiado”, expresó, y agregó que sólo si Mauricio Macri es electo presidente la economía podrá salir del letargo y crecer el 3% que pronosticó Kicillof.
“El Gobierno quiere acusarnos a nosotros de querer hacer un ajuste pero ellos ya lo hicieron con una inflación del 25% y la depreciación constante de la moneda”, finalizó.
Desde el mismo frente Cambiemos, el diputado radical Enrique Vaquié cuestionó la forma en cómo el Ejecutivo construyó el Presupuesto 2016. “Si están diciendo que la recaudación aumentará un 25% es porque creen que la inflación rondará al menos el 20% y no será del 15%. Además, subestiman los gastos, los ponen en 16,7% pero no contemplan las subas salariales y, de ese modo, construyen un equilibrio fiscal que es mentiroso”.
A su vez, desde la centroizquierda, el diputado Claudio Lozano (Unidad Popular), también señaló que el plan presentado por Kicillof incluye implícitamente un ajuste.
“No está mal que haya déficit, lo que está mal es que no se pueda discutir dónde se gasta. Este año reasignaron 250.000 millones de pesos más que lo que este Parlamento aprobó. Este Presupuesto no tiene cargado el aumento de salarios y jubilaciones. Este planteo es contradictorio porque promete no hacer ajuste pero está implícito”.
Obras en una embajada por 3,5 millones de dólares
El anteproyecto de ley del Presupuesto 2016 tiene un punto particular, publicó el portal de noticias TN. Consiste en la asignación de 3,5 millones de dólares para la “Remodelación Embajada y Residencia en Washington – Etapa II”. Dicho monto incluye el presupuesto anual de 2.964.000 dólares y una "variación" del 20 por ciento que lleva la cifra final a 3,5 millones de dólares.
Según contestaron en el departamento de prensa de la embajada argentina en Washington, el dinero se destinará a “reformas de conservación estructural tales como instalaciones eléctricas, red de agua y desagües cloacales, sistema de calefacción, humedades de cimientos, reparación integral de techos, así como su puesta en valor general. Dichas obras son necesarias para cumplir con la normativa de la ciudad de Washington en materia edilicia y la correcta conservación del patrimonio nacional”.