Tanto el kirchnerismo como la oposición integrada por la UCR y el Pro creen y anhelan que la Corte Suprema de la Nación sea la que resuelva en un corto plazo la crisis política e institucional de Tucumán y evite así que ésta termine de contaminar todo el proceso electoral nacional. Por eso ayer todo el oficialismo -desde el gobernador Alperovich a Aníbal Fernández- metió presión directa sobre el Máximo Tribunal Nacional que preside Ricardo Lorenzetti. El argumento del kirchnerismo es que si la Corte nacional no rechaza el fallo de la Cámara tucumana, no quedará otro camino que la Casa Rosada pida al Congreso que intervenga la provincia.
El gobierno tucumano recurrió ante la Corte tucumana, la sentencia de la Cámara en lo Contencioso Administrativo. Pero, además, el FpV provincial presentará un per saltum para que Lorenzetti y compañía se aboquen en lo inmediato a resolver el entuerto tucumano. “Sólo si hay un fallo extremadamente político la Corte podría ratificar esa aberración que es la anulación de una elección”, dijo un diputado nacional de buena relación con Carlos Zannini. En el kirchnerismo había, en este sentido, cierto optimismo.
En la oposición las miradas también apuntan a la Corte nacional. Lo llamativo es que no hay como sucedió en otros enfrentamientos con el Gobierno -las leyes de “democratización de la Justicia”- demasiadas expectativas con el Alto Tribunal. El motivo es que creen que hay mucha jurisprudencia de la propia Corte que indica que ésta prefiere no de entrometerse en causas de derecho público provincial, aunque sí lo haya hecho en 2013 cuando impidió la maniobra del santiagueño Gerardo Zamora para ser re-reelecto. En caso de que el Supremo Tribunal decida no opinar y dejar así firme la inminente sentencia de la Corte Suprema tucumana, que dan por descontado favorecerá al FpV, los radicales creen que igualmente el candidato K, Juan Manzur, deberá asumir el poder en una situación de extrema debilidad por las serias dudas que dejó el proceso electoral, las que fueron convalidadas por el fallo del miércoles de la Cámara de Apelaciones provincial.
Aunque tienen intereses totalmente contrapuestos, kirchneristas y radicales opinan en un punto lo mismo: que sólo la Corte nacional podrá evitar la total deslegitimación de las próximas elecciones nacionales. Claro que para el FpV, el Máximo Tribunal debería convalidar la elección que ganó Manzur -excusándose de opinar o revocando el fallo provincial que anuló esos comicios- y para la UCR los jueces supremos deberían sostener que se realice una nueva votación.