El Banco Mundial (BM) informó que ha reducido "drásticamente" y que seguirá reduciendo los préstamos a China, unas declaraciones que llegan un día después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se preguntara públicamente de las razones por las que se seguían liberando esos préstamos.
"Los préstamos del Banco Mundial a China se han reducido drásticamente y continuarán reduciéndose como parte de nuestro acuerdo con todos nuestros accionistas, incluido Estados Unidos", dijo una vocero de la institución financiera internacional a la agencia EFE.
De esta forma, el organismo salió a responder a Trump, quien el viernes exigió a través de su cuenta de Twitter que se interrumpieran los préstamos a la potencia asiática, con la que Estados Unidos mantiene desde inicios del 2018 un conflicto comercial que amaga trasladarse a otras esferas.
Reclamo
"¿Por qué el Banco Mundial le está prestando dinero a China? ¿Es eso posible? China tiene mucho dinero, y si no lo tienen, lo crean. ¡BASTA!", tuiteó el mandatario estadounidense.
De esa forma, Trump expresó su rechazo a un plan que aprobó el jueves el Banco Mundial para prestar a China entre 1.000 y 1.500 millones de dólares anuales hasta junio de 2025 a un interés más bajo que el del mercado.
La vocera del BM, cuyo presidente es el estadounidense David Malpass, explicó que la política de la institución es eliminar los préstamos a los países a medida que se enriquecen.
“Nuestros préstamos a China incluyen apoyo al sector privado y reformas de mercado. También estamos trabajando para aumentar la transparencia de las actividades de préstamos e inversiones de China”, indicó.
Los préstamos a China del Banco Mundial, en el que Washington es accionista mayoritario, se redujeron de los 2.400 millones de dólares en 2017 a los 1.300 del presente año.
Posible nuevo frente
La Administración Trump criticó los préstamos del Banco Mundial a China al considerar que el país asiático es demasiado rico para recibir ayuda internacional.
Con sus críticas al Banco Mundial por los préstamos a China, Trump abre un nuevo frente en su enfrentamiento con Pekín.
El principal frente de esta crisis es la guerra comercial, que acumula ya aranceles de miles de millones de dólares y que este diciembre podría agravarse con nuevas imposiciones si Washington y Pekín no alcanzan antes un acuerdo.
Además, Trump sancionó recientemente dos proyectos de ley en apoyo a las protestas en Hong Kong que prevén sanciones para funcionarios chinos y que irritaron a Pekín.
Ahora el Congreso de Estados Unidos tramita otro proyecto de ley en apoyo a las minorías musulmanas de la Región Autónoma Uigur de Xinjiang, que también prevé sanciones contra funcionarios de Pekín.
La batalla comercial entre EE.UU. y China comenzó en marzo del año pasado cuando Trump decidió imponer aranceles por un monto de 50 mil millones de dólares a las importaciones de productos de origen chino. En represalia, Pekín impuso aranceles a más de 128 productos estadounidenses, incluyendo la soja, una de las principales exportaciones de EE.UU.
Corea del Norte critica y advierte por los misiles
La misión de Corea del Norte en las Naciones Unidas (ONU) dijo que la desnuclearización "está fuera de la mesa negociadora" con Estados Unidos y criticó a los países europeos que condenaron esta semana las "medidas legítimas para fortalecer" su defensa.
En una declaración atribuida a su representante permanente, Kim Song, Pionyang consideró que el diálogo que el Gobierno de Donald Trump afirma estar teniendo es un “truco para ahorrar tiempo” y avanzar en su “agenda política doméstica”.
"No necesitamos tener largas conversaciones con Estados Unidos ahora y la desnuclearización ya se ha quitado de la mesa negociadora", señala la nota.
Para Song, es una "seria provocación" el comunicado conjunto que emitieron el último miércoles el Reino Unido, Francia, Alemania, Bélgica, Polonia y Estonia, condenando la prueba de misiles que Pionyang realizó el pasado 28 de noviembre.
Corea del Norte utilizó un lanzacohetes múltiple de gran tamaño idéntico al ensayo del mes anterior, de acuerdo a Seúl, en una aparente maniobra para forzar a Washington a aceptar nuevas condiciones en el diálogo sobre desarme, atascado desde principios de este año.
Corea del Norte reiteró en las últimas semanas que EE.UU. tiene plazo hasta finales de año para ofrecer concesiones durante sus negociaciones sobre desarme atómico, y en caso de que se niegue a cambiar de postura amenazó con acabar con el diálogo.