Presentes navideños

Cornejo sorprendió a los sectores estatales con la nueva propuesta salarial y el bono de fin de año. En su entorno esperan que este año haya acuerdos y no se resuelva todo con decretos.

Presentes navideños

Por José Luis Toso - jtoso@losandes.com.ar

En el equipo de gobierno de Cornejo quisieron demostrar en la semana que finaliza que no es necesario que él esté presente para que la gestión avance. Mientras el titular del Ejecutivo encabezaba una importante misión en Nueva York para presentar la otra cara que Mendoza quiere mostrar, la del aliento a la inversión y la de la seguridad jurídica que permita destrabar aspectos complicados (haber podido esquivar el pago a bonistas de 10 millones de dólares es un ejemplo), su equipo de “cabotaje” encaró bastante bien en distintos ámbitos desafíos políticos  que son mucho más pequeños que los que tiene que enfrentar el socio mayor nacional (el presidente Macri), pero que para la vida de los mendocinos tienen repercusión.

De todos modos hay que aclarar que, en la práctica, la distancia entre Mendoza y Nueva York de ningún modo impidió que el jefe del Ejecutivo, tecnología mediante, mantuviera su contacto diario con sus huestes locales para ver cómo marchaban las distintas estrategias trazadas para finalizar el año.

El bono y la paritaria. En el Gobierno consideraron un gesto a favor por parte de los gremios que en todos los casos éstos hayan dispuesto, más allá de los lógicos rezongos de la dirigencia estatal, llevar la propuesta a discusión con las bases a partir de mañana y retribuir con una respuesta rápida al Ejecutivo.

El combo del bono de fin de año más la apertura de paritarias lleva a la dirigencia estatal a apurar los tiempos en cuanto a la contestación que den en nombre de los trabajadores. La división de la oferta (2.000 pesos para los sueldos más altos y 1.000 para los que menos ganan) en principio no aparece como demasiado mezquina, pero será el gran asunto de debate entre la dirigencia y sus afiliados en una semana que tiende a ser decisiva.

En cuanto a la propuesta de incremento salarial, que hizo efectiva el Gobierno a los trabajadores de la Salud pero marca una clara tendencia para el resto, deja planteado un margen de maniobra, siempre con la expectativa puesta en la respuesta que dé la estancada economía argentina en los primeros meses de 2017. Si bien en el Gobierno hablan de 17 por ciento y nada más, a cumplir en dos veces, hay quienes opinan que no estará dicha la última palabra si la inflación no cede y le da la espalda a la expectativa de la conducción económica nacional. No hay que olvidar que el año electoral siempre puede sumar matices cambiantes de acuerdo a las necesidades de los protagonistas, en este caso el oficialismo.

A lo que en mayor medida apunta el cornejismo es a cerrar la negociación paritaria, en general, “con menos decreto y más acuerdo”, según allegados al Gobernador. Luego de un año inicial en el que el Gobierno mantuvo una tensa relación con varios sectores gremiales estatales, en este caso ya se consideraría un avance significativo lograr un acuerdo de partes pese al complicado panorama general.

Anhelan en el oficialismo a que nadie tenga que lamentarse una vez más en el gremialismo estatal de que Cornejo haya tenido que llegar a la vía del decreto para definir cada negociación salarial, como ocurrió con la mayoría de los sectores en el año que finaliza.

La complicada empresa. Otro desafío para la gestión cornejista es la reforma de la empresa de transporte de la Provincia. Se trata de una organización que no es eficiente y que, según la mirada oficial, se encuentra sobredimensionada. Apurar el tratamiento de la ley de reforma significará que la actual empresa “de troles” caduque el 31 de este mes y dé paso a la nueva sociedad que promueve el Gobierno.

El respaldo que dio en los últimos días el diputado massista y gremialista mercantil Guillermo Pereyra fue no sólo fundamental, sino también tranquilizador para el Gobierno; Pereyra es un viejo estratega del gremialismo peronista, no estatal. Antes, el gremio de los conductores de micros de la provincia, Sipemom, a través de su titular, Rodolfo Calcagni, había dado su rotundo aval a la propuesta del Ejecutivo, abriendo una brecha importante entre los intereses del gremialismo estatal y de la UTA, el gremio nacional de colectiveros, al que le cuesta hacer pie en Mendoza precisamente por al injerencia del sindicato que conduce Calcagni.

Sin duda, lograr modificar la conformación de la empresa de transporte significará para Cornejo otra batalla ganada en su desafiante postura contra el gremialismo estatal. Una de sus metas antes de asumir, precisamente, era no dejar que la influencia gremial condicionara la acción de gobierno, como sí le ocurrió a varios de sus antecesores, muy especialmente a Francisco Pérez en el período anterior.

Las aguas del Atuel. De regreso de Estados Unidos, Cornejo no tendrá una semana muy tranquila, porque lo esperan compromisos que no puede dejar de lado, como, por ejemplo, tener que concurrir a una nueva reunión del comité de cuenca del río Colorado (Coirco), que se hará otra vez en Buenos Aires.

Esperan en el cuarto piso de Casa de Gobierno que en esta oportunidad haya novedades que permitan vislumbrar alguna solución al conflicto y que acerquen a la concreción de la obra de Portezuelo del Viento.

No hay que olvidar que después de aquella votación mayoritaria a favor de la obra, que supo gestar Cornejo con sus pares de Buenos Aires, Neuquén y Río Negro, dejando mal parado y en total minoría al pampeano Verna, las expectativas quedaron en suspenso por las declaraciones del presidente Macri haciendo alusión a que su posible arbitraje a favor de la obra puede estar supeditado a que Mendoza le solucione a La Pampa el problema de falta de agua, motivo del antiguo conflicto interprovincial.

Verna, disidente del kirchnerismo en su momento pero ahora muy rebelde con el actual gobierno nacional a raíz del proyecto del impuesto a las Ganancias, se ha mostrado desafiante hacia la Nación en este tema y, por supuesto, también en lo referido a la crisis por el agua del Atuel.

Por lo tanto, hay quienes en el radicalismo mendocino se preguntan hasta dónde el Presidente se mantendrá paciente y tolerante con el pampeano, siempre pensando en la decisión que en algún momento deberá tomar con respecto al gran emprendimiento malargüino sobre el río Grande.

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