Se quedó con gusto a poco, pero con la enorme satisfacción del deber cumplido. No por nada, los aplausos del final fueron el fiel reflejo de que el Jarillero de Juan Carlos Bermegui hizo los méritos para ganar.
Sin embargo, la ilusión de Palmira se desvaneció por obra y gracias de las intervenciones del bueno de Fernando Presedo. El arquero del equipo “Pitojuán” de Villa Mercedes conjuró no menos de cinco situaciones nítidas de gol.
Eso sí, Jorge Newbery estuvo lejos de ser un equipo que llegó al Este de la provincia con el único objetivo de aguantar el resultado. Todo lo contrario. Con la impronta de su entrenador, Claudio Del Bosco, el elenco mercedino intentó jugar, propuso el ataque por ataque. Y, más allá del cero a cero final, se dio un trámite entretenido, de ida y vuelta, con el arco rival entre ceja y ceja. Sólo faltó el gol.
En esa búsqueda, el que estuvo más cerca fue Palmira. Lo mejor del local se dio cuando se asoció el tándem de pie fino: Navarro-Pacheco. Justamente el “8” tuvo la apertura del marcador en su cabeza: primero, con un testazo que se fue apenas desviado.
Después, con otro cabezazo que el “1” mandó al córner. También lo tuvieron Pacheco, el desfachatado Cuello y hasta Carmona. Todos con el denominador común de haber perdido con Fernando Presedo.