Por José Luis Toso - jtoso@losandes.com.ar
En una semana que lo tuvo como protagonista, por su mensaje ante la Asamblea Legislativa y por el proyecto que allí anunció y luego impulsó para sacudir la modorra institucional existente sobre el funcionamiento carcelario, el gobernador Cornejo terminó ordenando aspectos de la relación política dentro del oficialismo nacional pero en el ámbito mendocino.
En el espacio que conduce Omar De Marchi a nivel local estaban ayer satisfechos con la visita de un grupo de dirigentes macristas de primera línea. Se sabe que la presencia del jefe de Gabinete, Marcos Peña, es un poco como la del propio Presidente y quienes lo acompañaron, entre ellos el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, forman parte de un entorno que hace varios años viene constituyendo la base de sustentación del Pro desde sus orígenes en la ciudad de Buenos Aires.
No se esperaba nada extraordinario del encuentro, pero la constitución de la mesa nacional de Cambiemos en Mendoza venía siendo reclamada tanto desde Buenos Aires como por la dirigencia macrista local, para consolidar la imagen de ese espacio en una de las provincias gobernadas por el principal aliado del Pro. Se logró, finalmente, la foto del frente nacional posicionado en nuestra provincia.
La total ratificación del frente, en la gestión y en el terreno electoral que se viene, dejó satisfechas a las partes. Admiten en el macrismo que ya vendrá la discusión por el cierre de listas a nivel provincial, pero el marco de tranquilidad y afecto que se destaca en estos momentos, entre los socios políticos, permite aventurar mínimos inconvenientes.
Esperan en el macrismo que Cornejo anuncie y oficialice la convergencia electoral que debe llevar a una sola fecha para los comicios de este año. “El algo que debe anunciar él”, comentaron en el Pro, dando por descontado que la decisión tomada por el Gobernador no tardará en hacerse pública.
Volviendo al sentido del encuentro de ayer, es visto como un paso importante porque, dentro de su pragmatismo, Cornejo venía restando trascendencia a la formalidad de una mesa dirigencial de un frente político del que es partícipe de trascendencia. Pero la dirigencia del Pro terminó imponiendo esta reunión para que los aliados que sostienen el gobierno nacional tengan también en Mendoza una presencia que hasta ahora era mayoritariamente del radicalismo. Además, el frente que gobierna aquí, Cambia Mendoza, marcó un poco el camino a seguir a nivel nacional, pero incluye entre sus componentes a sectores que en el escenario nacional son opositores a Macri, como el massismo y Libres del Sur. Por lo tanto, el juramento de total fidelidad al Cambiemos que inspiraron Macri, Sanz y Carrió y que incluye a otras agrupaciones de menor porte, como la peronista que lidera “Momo” Venegas, inevitablemente sitúa a Cornejo en un nivel de compromiso mucho mayor que hasta ahora.
Queda en la provincia, a partir del encuentro de ayer, un juego de preponderancias: el Pro carece de la fuerza territorial y la trayectoria local del radicalismo, pero sí cuenta con la marca del partido político presidencial, detalle que lo consolida como espacio en el orden local.
La visita de Peña y los demás dirigentes nacionales macristas incluyó una reunión con intendentes del oficialismo provincial en la que también estuvo presente el Gobernador. Se habló de la gestión, en general, y de la metodología que se implementará en el frente para la definición de las nóminas de candidatos para las próximas elecciones.
Uno de los datos más relevantes es que el Gobernador y De Marchi serán participantes excluyentes en la definición de los aspirantes a cargos electivos tanto nacionales como provinciales y departamentales. Otro avance del macrismo en su versión mendocina.
Cárceles en la mira. Con respecto a la ley impulsada para que las personas condenadas que habitan las cárceles locales trabajen y ocupen su tiempo en forma productiva, a cambio de la aceleración de beneficios que les puedan corresponder, se trató de una fuerte apuesta del Gobernador en un tema sensible, porque está directamente ligado al flagelo de la inseguridad en virtud del descontrol que muchas veces se produce cuando los presos comienzan con sus autorizadas salidas sin que los mecanismos de seguimiento garanticen eficiencia y que la conducta pública de esas personas reinsertadas asegure una vida alejada del delito.
Precisamente, como todo tema vinculado con la inseguridad en la provincia, este proyecto de ley sobre el trabajo de los internos penales forma parte de esa asignatura pendiente que la dirigencia política en general, sin distinción partidaria, viene manteniendo con la ciudadanía desde hace tiempo.
Ya se ha dicho que el propio Cornejo sabe claramente que en los tiempos en que fue ministro de Cobos no llegó a cubrir las metas que pudo haberse trazado en aquella oportunidad. Influyeron para ello distintas circunstancias que seguramente ahora fueron tenidas en cuenta para intentar dar el drástico golpe de timón que busca con proyectos de ley como el de reciente remisión a las Cámaras legislativas.
Seguramente, el radicalismo buscará acelerar el debate de la iniciativa que, se sabe, el Gobernador desearía tener sancionada antes de agosto, el mes de las PASO.
La eventual concreción de la ley que establece la obligatoriedad de trabajo o estudio por parte de los presos con condena seguramente sea mostrada como un logro de la gestión en plena campaña. Habrá que ver qué actitud adopta, finalmente, la oposición, si se tiene en cuenta que esta propuesta adopta aspectos de proyectos que fueron puestos a consideración hace más de diez años hasta por representantes de partidos de distinto signo político. Es el caso del justicialista Daniel Cassia, a quien Cornejo destacó en la semana como un legislador con profesionalismo al que le frenaron sus ideas “los mismos que hoy, agazapados, buscan excusas” para no avalar una ley como la impulsada.
El claro estilo de hacer política del Gobernador se pone de manifiesto en este proyecto y en cómo conducirlo legislativamente. Es una forma firme de ejercer la conducción. Es por esa característica personal que la consolidación local de la mesa política de Cambiemos recuerda al cornejismo su pertenencia frentista y que, sin dejar de lado la cordialidad siempre reinante, habrá interlocutores para resolver diferencias por las candidaturas.
