No son más de mil personas, descendientes en su mayoría de los pueblos originarios que habitaron inicialmente esas tierras hace miles de años. Nietos, bisnietos y tataranietos de los primeros pobladores hoy viven diseminados entre el millón de hectáreas que comprende las dos reservas -la Payunia y Llancanelo- que buscan ser designadas como patrimonio mundial de la Unesco el año próximo.
Mientras el equipo técnico interdisciplinario (integrado por científicos del CCT, del municipio de Malargüe y del Gobierno provincial) termina de redactar el dossier que presentará el año próximo con la ilusión de que quede seleccionada, desde el municipio de Malargüe y la Secretaría de Ambiente ya están trabajando con muchas de las familias que viven en Payunia para que entiendan lo que puede deparar el futuro y se adapten a éste en caso de que el área volcánica logre la tan esperada designación.
Así lo indicó ayer el secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Marcos Zandomeni, durante la presentación del proyecto “Payunia, candidata a patrimonio mundial” que se realizó en la Universidad Maza y donde se detallaron las características del lugar -que la transforman en una candidata nata para este reconocimiento- y se siguieron juntando firmas de mendocinos que adhieren a la postulación.
“Nos hemos reunido con los puesteros que viven en la zona y están muy interesados en que se haga un trabajo específico y serio en el lugar. Si toman a bien la carga (visitantes que llegarían con el turismo) pueden prepararse para recibir a esa gente, porque es casi un hecho que llegarán más personas. Igual, se está trabajando muy bien para que no se afecte el lugar con la carga y la idea es que no crezca la población fija del lugar, sino más bien que sea en la ciudad de Malargüe”, explicó Zandomeni.
Más turismo
Más allá de que su belleza natural la ha transformado en un ícono provincial (casi un lugar de visita obligada) y que es una de las atracciones turísticas del Sur provincial -sino “la atracción”-, la designación como patrimonio mundial haría que la zona explote turísticamente.
“En las reuniones con los puesteros les hemos explicado que si queda elegida la Payunia, el lugar va a tener más uso público, considerando que va a fomentar el turismo y que van a tener que adaptarse a esto. Y la mayoría de ellos han manifestado querer capacitarse para estar preparados y tomar esto como un beneficio”, destacó Zandomeni en alusión al crecimiento demográfico que podría registrarse en el lugar e inmediaciones.
Resulta complicado estimar cuántos visitantes llegarían a este sitio (más parecido por su color al suelo lunar que al de la Tierra), más teniendo en cuenta que no será como en otras áreas protegidas. “Al Aconcagua llegan por año 7.000 visitantes, pero en Payunia es probable que sean muchos más teniendo en cuenta que es plano. Además, lo más seguro, es que los registros se vayan actualizando semanalmente y no por temporada”, indicó Zandomeni.
Siguiendo con el Parque Aconcagua como parámetro, el funcionario resaltó que es muy probable que para tener un seguimiento más meticuloso se copie el modelo de entregarle una bolsa para residuos a cada visitante, que quedará registrada con su número de documento, y que deberán entregar al momento de dejar el lugar.
“En los próximos días se va a empezar a trabajar en la cooperativa Payún Matrú, que va a estar en la zona de La Salinilla y allí se va a hacer el hilado de lana de guanaco esquilado, algo similar a lo que se hace en el Norte del país con las llamas. En La Salinilla viven 22 familias, cerca de 100 personas”, sentenció el secretario de Ambiente.
Paisaje único
Aníbal Manzur, asesor del municipio e integrante del equipo técnico que está trabajando en el proyecto, destacó que se está terminando de redactar y armar el expediente que en febrero se entregará a la Unesco.
“Ahora viene la etapa difícil. Se van a entregar documentos con detalles técnicos y el compromiso de cuidado y preservación del lugar. Estamos haciendo directrices sobre cómo se va a trabajar en el mantenimiento. Los técnicos que vienen a evaluar serán muy rigurosos y exigentes. Van a prestar fundamental atención al hecho de que la población esté comprometida con la causa, con el lugar y es fundamental que acompañe”, destacó Manzur.
Según especificó el asesor, entre las reservas Llancanelo y Payún Matrú hay cerca de 800 volcanes y un paisaje único. “Cumple los requisitos que establece la Unesco para ser patrimonio. Tiene unicidad, particularidad en lo geológico con los volcanes que dieron lugar al paisaje hace cinco millones de años y las diferentes morfologías. Tiene valor universal y excepcional, principalmente por la importancia natural y extraordinaria que trasciende las fronteras nacionales. Los territorios pasarían a ser modelo, un legado a nivel internacional. La diversidad de texturas y colores, representados en los campos de cenizas volcánicas, también lo hacen único al lugar”, indicó Manzur.
El especialista destacó que, más allá de que se está trabajando bien, “es una misión bastante difícil, porque el criterio con el que se trabaja y mide es muy ajustado”.
“Yo siempre digo que es como el efecto Lula en Brasil. Si no queda elegida en la primera presentación, puede volver a aspirar. Porque no es que queda afuera por no cumplir las características, sino porque se eligió a otra en su lugar”, especificó.
Para cerrar, Manzur se mostró orgulloso de la candidatura. “La gente puede preguntarse: ¿vale la pena? Sí, vale la pena, ¡por supuesto lo vale! Tiene paisajes únicos, particulares. ¡Vamos todos ahora por Payunia patrimonio mundial!”, exclamó entusiasmado.
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