En plena temporada invernal y cuando las intensas nevadas en la montaña han permitido que los centros de esquí logren tapizar la suficiente nieve, los “deportes blancos” figuran entre las opciones más elegidas por mendocinos y visitantes. Esquiar en pistas con distinta dificultad, practicar snowboard o simplemente lanzarse en un trineo, son de hecho, las actividades más buscadas tanto en los complejos de alta montaña como en los del sur provincial.
Sin embargo, tanto para los que recién se animan a lanzarse por las laderas como para los que cuentan con alguna experiencia, es necesario tener en cuenta algunas recomendaciones para evitar accidentes y cuidar el estado de salud general. Ocurre que a más de 2 mil metros de altura, con temperaturas bajo cero y en medio de un ambiente cuya humedad no supera el 40%, realizar cualquiera de estos deportes no es un desafío sencillo.
Según destacó el doctor Guillermo Díaz Colodrero, director médico de Swiss Medical Center, es primordial que antes de emprender el viaje hacia la montaña, las familias se preparen y asesoren adecuadamente para evitar caídas y lesiones que pueden revertir mayor o menor gravedad. Entre las primeras se ubican las lastimaduras y contusiones, en tanto que las más severas suelen ser traumatismos de rodillas, hombros, dedos, tobillos y diferentes golpes en la cabeza.
Antes que todo, explica el especialista, es importante que el cuerpo esté preparado y acondicionado para el tipo de ejercicio que se va a realizar. Para esto, la clave está en efectuar una rutina de un mínimo de cuatro semanas de preparación física, que debe incluir ejercicios aeróbicos, de fuerza de piernas y de flexibilidad general. “Por otro lado, las personas con enfermedades cardíacas y/o respiratorias deben consultar con su médico de cabecera y asesorarse sobre las medidas a tener en cuenta”, advirtió el profesional.
Para no enfermar
Por su parte, Mario González, instructor y director de Aconcagua Park, ubicado en la zona comprendida entre Puente de Inca y Penitentes, agrega que otro aspecto a tener en cuenta tiene que ver con el equipamiento que deben usar grandes y chicos. Es que frente a días muy fríos, es muy importante contar con la vestimenta adecuada. “Si el cuerpo está caliente y no cuenta con el equipo necesario pueden surgir problemas, por eso lo recomendable es abrigarse con los que se alquilan en las casas de esquí o en los propios centros”, afirma.
Así, entre el atuendo que no puede faltar antes de estar en contacto con la nieve es un equipo carving en buenas condiciones. A éste se debe sumar un par de guantes y anteojos con protección contra los rayos ultravioletas, inclusive en los días nublados.
“También es imprescindible utilizar protector solar, que sea como mínimo, factor 40 debido a que por la altura estamos expuestos a niveles muy altos de radiación”, detalla González. La aplicación debe efectuarse al menos 30 minutos antes de la exposición. Lo ideal, además, es llegar después de las diez de la mañana y contar con una buena hidratación, de al menos dos litros de agua.
Ir de a poco
Para los que se inician, González insiste en la necesidad de que tomen sus clases de la mano de instructores especializados. “Aprender sólo es muy difícil, porque se requiere de una técnica específica para cada deporte”, deslizó. También se aconseja empezar por las pistas más sencillas y lo más largas posible, de modo tal de hacer varios minutos de descenso cómodo. Así, el cuerpo puede adaptarse a las exigencias a las que será sometido.
En la lista de recursos que deben incorporarse al “kit” de esquí también debe figurar el gorro -especialmente en niños-, botas cómodas y fijaciones (zona donde se encaja la bota en el esquí o snowboard) adecuadas. “En líneas generales, es preferible una fijación más blanda para los principiantes de esquí”, destaca Colodrero y agrega que al momento de esquiar es necesario que los bastones no estén enganchados al dedo pulgar y/o muñeca al iniciar el descenso.
Descanso y elongación
Tomar una pausa antes de iniciar la travesía, es otro recurso adecuado para evitar errores y aumentar la capacidad de respuesta del cuerpo ante posibles caídas. Según Díaz Colodrero, muchas lesiones se dan a última hora del día o después de varias jornadas intensas, a causa de la fatiga física y mental acumulada.
Luego de culminar la jornada, una de las claves es elongar los diferentes grupos musculares. Esto debe realizarse ni bien se haya normalizado la respiración y la frecuencia cardíaca. De este modo, se evitará sufrir contracturas, distensiones y/o desgarros musculares. Apenas haya finalizado la rutina es prioritario abrigarse adecuadamente y en el caso de tener prendas mojadas, como las medias, se deben cambiar inmediatamente. Por eso, González recuerda que los padres incluyan en los bolsos una muda de ropa extra para ellos y sus hijos.
El estado de las pistas
El estado de la pista es una condición determinante para el éxito de la práctica. Si ésta es de hielo firme, generalmente en las primeras horas de la mañana, favorece los resbalones y caídas. Por el contrario, la nieve pesada y floja puede producir el atascamiento de los esquíes o la tabla en la nieve y causar lesiones de tobillo o rodilla.
Por otro lado, la falta de visibilidad puede provocar colisiones con objetos fijos u otros esquiadores en las pistas.