Con la llegada del frío cambia todo: el termómetro baja considerablemente dando paso a días de lluvia, viento y, en algunos sectores de nuestra provincia; la nieve. Así como en verano cuidamos nuestra piel de los rayos del sol y las altas temperaturas; en invierno también es importante proteger la capa que nos envuelve.
Los problemas dermatológicos más comunes de esta estación están relacionados con la deshidratación, rojeces y aparición de manchas, tanto en la cara como en el resto del cuerpo. Existe una fuerte tendencia a cuidar la piel del rostro y dejar de lado aquella que se oculta debajo de la ropa. ¡Grave error! Si bien nuestra cara es la carta de presentación con la que nos damos a conocer, brazos y piernas también están expuestas al frío en diferentes situaciones.
Un mal cuidado de la epidermis puede desencadenar serias dificultades, sin previo aviso. Y, aunque no lo creas, esta época fría es ideal para recuperarla y prepararla para los días de calor. Estos consejos te ayudarán a cuidar este órgano del cuerpo considerado como el más extenso y, por lo tanto, uno de los más importantes.
Peeling suaves y profundos en todo el cuerpo
La idea es exfoliar la piel al menos dos veces por semana. Para hacerlo existen productos naturales con micro gránulos que abren los poros y permiten una mayor hidratación, gracias a la aplicación de productos con ese fin.
Evitá utilizar de manera excesiva jabones y lociones
Si bien queremos que nuestra piel huela bien, higienizar nuestra piel con productos industrializados puede resecarla. El agua es muy buena para limpiar y puede acompañarse con un jabón sin perfume.
Las infaltables cremas nutritivas
Antes de acostarse a dormir, una buena idea es aplicar estos productos. Trabajan durante el descanso reparando y nutriendo el sector del cuerpo donde se aplique. Cabe destacar que, de acuerdo a la edad, es el tipo de crema que se recomienda.
Utilizar protector solar
Quizás pensamos que el sol no nos afecta en invierno, pero sus rayos resultan nocivos también en la estación fría. Es recomendable colocar alguna crema durante la práctica deportiva o simples paseos.
El gran desafío: Cambiar de hábitos
Beber al menos dos litros de agua al día y tener una dieta más saludable, que incluya frutas, verduras, legumbres y pescado. Asimismo, evitar el tabaco ya que este envejece considerablemente la piel y afecta su calidad y resistencia.
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