Preocupante situación de las reservas del Banco Central

Una síntesis de dos destacados economistas, Pablo Guidotti y Andrés Neumeyer, que muestra la situación real de las reservas y su relación con posibles “corridas financieras”.

Preocupante situación de las reservas del Banco Central

El drenaje de reservas del BCRA es un tema que preocupa a especialistas y a funcionarios públicos. Recientemente el Gobierno ha tomado varias medidas tendientes a encarecer el acceso del público a los dólares del Central (dólar para turismo, impuesto a la compra de autos importados). El éxito de estas medidas u otras destinadas a defender o aumentar las reservas es vital para la estabilidad del sistema financiero.

Según el estudio de Guidotti y Neumeyer, a comienzos del mes pasado las reservas internacionales del BCRA ascendían a U$S 30.467 millones. Es importante tener en cuenta que parte de estas reservas están atadas a pasivos monetarios de dicha entidad; es el caso de las que respaldan los depósitos en dólares en el sistema financiero argentino.

Estos son pasivos a la vista del BCRA, al igual que los Cedin, y ascienden a U$S 9.467 millones. Se trata de “pasivos a la vista”, ya que cuando una persona tiene depositados dólares en un banco y concurre a retirarlos, el banco se los pide al Central, disminuyendo las reservas.

La política anunciada de pagar los vencimientos de la deuda externa pública con las reservas también genera un pasivo implícito. De hoy hasta fines de 2015 hay vencimientos por aproximadamente U$S 12.000 millones. Cuando se suman ambas cifras  se llega a la conclusión de que, en la práctica, el BCRA debe U$S 21.467 millones. Por lo tanto, las reservas internacionales del BCRA netas de estos pasivos son sólo U$S 9.000 millones.

Las reservas han caído a un ritmo vertiginoso en 2013. Si bien se estima que la merma se ha moderado y seguiría así, los autores sostienen que no debería descartarse que ante ese número de reservas disponibles los depositantes pudieran decidir retirar sus dólares antes de que no quede nada. Según los autores esta corrida a los depósitos en dólares podría contagiarse a los depósitos en pesos generando una crisis financiera.

Esta posibilidad es negada por otros economistas en razón de que el Banco Central no tiene ningún inconveniente en devolver los depósitos emitiendo dinero. Por otra parte, dado el volumen de billetes hacen muy poco práctico su retiro de los bancos.

Frente a esta situación los pronósticos sobre evolución de las reservas durante el corriente coinciden en que seguiría la caída, pero las cifras difieren considerablemente. Van de los optimistas que la sitúan por debajo de U$S 10 mil millones a quienes duplican ese número. Sea como fuere, sin duda la evolución diaria de las reservas será un número que se seguirá con suma atención.

Pero un costado muy importante de la situación de las reservas, su constante disminución hasta ahora, es de qué modo afectan la capacidad de importar del país, especialmente por el creciente déficit energético.

En la medida que se trata de un problema que no sólo no se puede resolver en corto tiempo sino que tiende a agravarse, implica menos dólares para que importen los privados. Esa menor capacidad de importación afecta la actividad económica en general y claramente la tasa de crecimiento de la economía y el nivel de empleo. Empleo privado que hace ya un año largo se encuentra estancado, ya que el que ha crecido es el estatal.

En definitiva, el aumento de las reservas del Central depende de un cambio de expectativas económicas y políticas. Sin recuperar la confianza interna y externa es difícil que lleguen dólares.

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