“Si nos cierran la escuela, a mí me cortan las piernas. No tengo plata para pagarme un alquiler en la villa de Tupungato y tendría que abandonar toda mi vida, que está aquí”, sostiene Cintia Sandoval, cuya hija asiste a la primaria Palma, de La Carrera, un paraje de montaña en Tupungato.
La de Cintia es una de las familias que hoy se reunieron con ex alumnos, referentes del SUTE, docentes y vecinos del departamento para manifestar su oposición ante el posible cierre de la escuela rural 1-364 José C. Palma.
Hace tiempo que los padres vienen escuchando rumores sobre esta medida, pero este año observaron preocupados cambios y traslados de docentes. Los temores se agudizaron cuando, en una reunión mantenida con supervisores la semana pasada, “nos dijeron que estaba en los planes cerrar la escuelita y que teníamos que pensar a dónde llevaríamos a nuestros hijos”.
Desde la administración de la Dirección General de Escuelas del Valle de Uco, Silvia Cornejo negó que se haya decidido cerrar la escuela. “Estamos evaluando la situación de matrícula de ese colegio, para redistribuir y organizar horas y cargos”, señaló la funcionaria.
Producto de la falta de ordenamiento territorial y de servicios básicos y la movilidad del trabajo rural, la población de la zona fue emigrando hacia distritos más urbanos. Por eso, esta primaria rural -como otras en Tupungato- hace años que registran problemas de matrícula. Hoy cuenta con doce alumnos, de distintos cursos.
En la asamblea realizada esta mañana, los presentes decidieron redactar un petitorio para reunir firmas y presentarlas ante las autoridades de la DGE. El objetivo es manifestar su repudio a este proyecto y solicitar el no cierre de la institución.
“Es nefasto y autoritario cerrar una escuela, que es parte de la historia del departamento, con sus 80 años de servicio. Además, es el punto de encuentro de esta comunidad rural”, señaló Edgardo Berríos, secretario del SUTE en Tupungato, quien aseguró que los tupungatinos están dispuestos a luchar por este derecho social de acceso a la educación pública.
“Esta escuela es tranquila, es como nuestra casa, somos una gran familia”, apuntó Sandoval, quien tiene la niña en segundo grado. Según la mujer, desde principio de este año “sólo quedó una seño (en el cargo de directora-maestra) y los celadores”.
Los padres expresaron su descontento ante la visita técnica de las supervisoras, quienes le expresaronn la iniciativa de reubicar a sus hijos y les consultaron a qué escuela deseaban mandarlos, con la clara intención de cerrar la escuela.
Cornejo minimizó la situación y dijo que estas visitas de inspección se están realizando en toda la Provincia. “Estamos revisando las horas y las cuentas de los colegios, aquí se pueden reorganizar las horas especiales en favor de otras escuelas que lo necesitan”, agregó.
En la asamblea, también estuvo el secretario provincial del SUTE, Sebastián Enriquez. Al gremio le preocupa la vulneración del derecho primordial a la educación, que debe ser garantizado por el Estado.
El malestar que generó esta medida en las redes sociales también debe leerse en el contexto de que Tupungato tiene una gran necesidad de ampliar su oferta de educación primaria. Muchos de sus establecimientos urbanos están hoy colapsados y urge la construcción de nuevos establecimientos en el centro y en el Cordón del Plata.