De las 6 mil mujeres embarazadas que anualmente reciben atención en el hospital Lagomaggiore para tener a sus hijos, 2.600 requirieron asistencia del Servicio de Salud Mental en 2017.
Llegan con diversos trastornos que, además de afectarlas, inciden en la salud de su bebé por impacto durante la gestación o en el desarrollo posterior al nacimiento.
Esto por afectación del vínculo, alterar el normal funcionamiento orgánico del bebé o transferencia de sustancias como medicamentos que se usen para tratamiento psiquiátrico o consumo problemático de alguna droga.
Es un tema que desde las áreas de Perinatología y Salud Mental del efector vienen observando con preocupación. La mayoría de las mujeres embarazadas y puérperas presenta trastornos de ansiedad: esto en 67% de los casos lo que implica casi 7 de cada 10 de quienes requirieron asistencia. Depresión, angustia y estrés, son casos habituales.
En una proporción mucho menor, 12% debió ser atendida por abuso de sustancias y 7% por trastornos del ánimo e intentos de suicidio, según registró el segundo de los servicios mencionados. Un porcentaje menor presentó episodios psicóticos o no se especificó diagnóstico.
Las consecuencias de esta situación preocupan a los médicos locales y profesionales de diferentes países del mundo. Por ello, vienen trabajando en instalar el Día Mundial de la Salud Mental Materna para el primer miércoles de mayo con la intención de generar conciencia y acciones en pos de atenuar el impacto.
“La salud mental de las madres es necesaria para el desarrollo y crecimiento de los hijos. Muchas mujeres sufren y experimentan emociones negativas frente a los numerosos cambios vitales del embarazo y el posparto”, explica la Sociedad Marcé Española de Salud Mental Perinatal (Mares).
La organización detalla que 25% de las embarazadas experimenta algún tipo de malestar psíquico significativo. A nivel mundial y según datos de las diversas organizaciones que participan de esta propuesta, se advierte que 2 de cada 10 mujeres presenta algún problema de salud mental durante el embarazo y con posterioridad al nacimiento.
El escenario en el Lagomaggiore muestra una realidad bastante más compleja que esta media global, porque inciden claramente diversas variables, en particular de índole socioeconómica.
De acuerdo a la entidad española, 1 de cada 7 mujeres que son madres por primera vez experimenta algún trastorno ansioso o del estado de ánimo durante el embarazo o el posparto. Para tener una noción de la magnitud de la problemática aclara que “cualquier mujer con independencia de su edad, nivel económico, cultural y etnia puede desarrollar un trastorno mental durante el embarazo y posparto”.
"La ansiedad y el estrés pueden alterar el vínculo con el bebé, sobre todo en los primeros momentos en que es fundamental la lactancia" - Ernesto Olcese, perinatólogo.
Durante la gestación
“El estrés y la enfermedad mental materna pueden afectar directamente al feto o recién nacido con impacto sobre su desarrollo físico, cognitivo y emocional que puede perdurar en el tiempo”, refiere Mares. Sucede que la afectación psicológica de la mujer, entre otras cosas, puede llevarla a conductas que afecten su salud y la del pequeño. Si esto sucede durante la gestación, más graves serán las consecuencias.
La jefa del servicio de Salud Mental del hospital mendocino y mayor maternidad de la provincia, Celia Del Canto, detalla el impacto negativo que pretenden atenuar.
“La exposición a un ambiente adverso durante el embarazo como la malnutrición materna, estrés psicológico y consumo de sustancias, transmite señales al feto que tienen efectos perdurables en el desarrollo y aumentan el riesgo de padecer enfermedades. El estrés prenatal aumenta la posibilidad de parto de pre-término, bajo peso al nacer, alteraciones en el neurodesarrollo en los primeros años de la vida y efectos metabólicos, cardiovasculares y psicológicos a largo plazo. Las experiencias adversas tempranas, alteran la expresión de genes clave a través de lo que se conoce como marcas epigenéticas (modificación de los genes)”.
Explicó que lo que sucede en la gestación es que se incrementa el nivel de corticoides en la madre y aumenta el eje de glucocorticoides en el bebé por lo que nace predispuesto a alteraciones psicológicas y orgánicas.
El jefe de perinatología del mismo nosocomio, Ernesto Olcese, dijo que esta situación puede llevar a desencadenar contracciones y partos pre-término.
Mencionó que por otra parte hay que considerar el consumo de sustancias que pueden llevar a alguna alteración en el bebé. Por un lado, aquellas drogas que la madre pueda consumir como consecuencia del malestar y que pueden afectar al niño incluso si son consumidas antes de la concepción. La medicación, ansiolíticos por ejemplo, puede ser prescripta por profesionales médicos.
Luego del parto, si la madre no está en buenas condiciones de salud mental, el vínculo con el bebé puede verse afectado. "La alteración del vínculo influye en el desarrollo", subrayó Del Canto, quien explicó que el primer año de vida es de gran neuroplasticidad: en esa instancia el cerebro del niño está muy permeable a vivencias adversas y a lo ambiental y su percepción depende de lo que la mamá le transmite ya que es la mediadora entre él y el ambiente.
Olcese señaló: "La ansiedad y el estrés pueden alterar el vínculo con el bebé, sobre todo en los primeros momentos en que por ejemplo es fundamental el contacto y la lactancia”.
El 49% no recibe tratamiento
Según las estimaciones de organizaciones a nivel mundial, pese al impacto que tienen las patologías mentales en las embarazadas, puérperas y el bebé, 49% no recibe tratamiento.
Justamente esto es lo que las lleva a plantear la necesidad de visibilizar el tema para favorecer la detección, propiciar el tratamiento adecuado y generar políticas y recursos para facilitarlo.
“Cuidar la salud mental de las madres supone mejorar la salud de la sociedad actual y futura”, destaca la Sociedad Marcé Española de Salud Mental Perinatal (Mares).
Ésta, junto con organizaciones de Alemania, Austria, Australia, Argentina, Canadá, EEUU, Francia, Malta, Nueva Zelanda, Nigeria, Sudáfrica, Reino Unido, Sudáfrica y Turquía, iniciaron en 2016 una campaña para que se declare el Día Mundial de la Salud Mental Materna el primer miércoles de mayo.