Preocupación de docentes por hechos violentos en las escuelas

Maestros y profesores dicen que no se sienten respaldados por las autoridades. Pero no eligen el camino judicial para defenderse porque se sienten desprotegidos por la Dirección General de Escuelas.

Preocupación de docentes por hechos violentos en las escuelas
Preocupación de docentes por hechos violentos en las escuelas

Sandra Gil se desempeña como maestra de cuarto grado en un colegio privado de la provincia y muy a su pesar forma parte del gran listado de docentes -de todas las gestiones- que han sido agredidos por sus alumnos: "Mientras estaba dando clases me di cuenta de que uno de los chicos se estaba pegando la cabeza contra el banco y como tenía lentes traté de protegerlo para evitar que se hiciera daño. En ese momento me pegó dos piñas en el abdomen", recuerda la mujer que no le guarda rencor al menor: "Era un niño con problemas y estaba al cuidado de los abuelos, ya que su madre lo había abandonado".

Tras el hecho, el chico fue cambiado de sección, pero la verdadera sanción llegó cuando le pegó a la vicedirectora: "Recién ahí actuaron los directivos y terminó con una maestra domiciliaria", narró quien de todas maneras optó por no hacer la denuncia: "Realmente me daba pena su situación familiar, pero después me arrepentí".

Algo parecido le ocurrió a su colega Marisa Ramírez, quien decidió no presentar cargos contra un alumno que le rasguñó la cara: "No lo consideré porque como docentes uno se siente madre, pero sí debería haberlo hecho; uno muchas veces se equivoca y tapa esas cosas".

Como ellas, la mayoría de las maestras que viven situaciones diarias de violencia tales como amenazas, insultos hasta agresiones físicas, no siguen el camino judicial.

"Habitualmente las docentes no denuncian por miedo a las represalias, sí hay un procedimiento dentro de la escuela que dicta que ante cualquier irregularidad tenemos que labrar un acta en el libro 75, pero queda en la institución y todo termina ahí", explicó Adriana Migarelli, educadora de primaria y una de las oradoras en la apertura del encuentro que se realizó en la Legislatura para discutir sobre la violencia escolar.

Según su experiencia, en la primaria este flagelo se manifiesta en la mayoría de los casos con agresiones por parte de los padres que responden a enojos porque sus hijos no rindieron como los esperaban.

En cambio en la escuela media las situaciones más comunes son provocadas por los alumnos: "Por ejemplo nos roban el celular y si ponemos la denuncia igual quedan impunes porque son menores", señaló Ana Alberdi, profesora de educación media.

Para Migarelli, lo más preocupante es que estas circunstancias terminan formando parte de la cotidianidad y aportan para que se diluya el acto pedagógico: "Al último ya ni el acta se labra, porque si no habría establecimientos en los que deberían labrar actas todos los días", destacó.

Coincidiendo con muchas de sus compañeras la maestra manifestó sentirse desprotegida: "Ante los casos de violencia no hay ninguna respuesta de la DGE, ni nadie que nos garantice la seguridad dentro de nuestro trabajo y eso es lo que pedimos a través de la normativa vigente, ni siquiera pedimos que haya una ley nueva".

Policías en los colegios

El abogado Alejandro Giménez, invitado a participar del encuentro en la Legislatura, propuso tomar medidas contundentes para proteger a los docentes: "Si prevenimos la violencia en la vía pública también debemos prevenirla en la escuela y la responsabilidad es de la misma gente: el Ministerio de Seguridad y la titular de la DGE a la que parece que le molesta que trascienda que los educadores son víctimas de delitos todos los días", expuso.

Para él, es necesario que la fuerza de seguridad se haga cargo frente a esta problemática: "En algunas escuelas debería haber presencia policial o de seguridad privada; podrá ser molesto, pero es parte de la sociedad que nos toca vivir".

En segundo lugar, planteó la necesidad de que los delitos dentro de las instituciones educativas no queden impunes: "Yo creo que lo que podría hacer administrativamente la DGE es tener un cuerpo letrado que recorra las escuelas y que a partir de la existencia de una conducta delictiva acompañe al docente tanto en la denuncia como en la continuidad de las causas".

Estas propuestas fueron desestimadas por María Elina Escot, profesora y titular del gremio Sadop que agrupa a los educadores privados: "La violencia escolar no es más que violencia social y se combate con justicia social y participación ciudadana, no queremos echarle solamente la carga al gobierno ni poner policías en las escuelas".

Mirada oficial

Desde la Dirección General de Escuelas (DGE), Livia Sandez, subsecretaria de Planeamiento de la Calidad Educativa, aseguró conocer el malestar de los maestros: "Estamos en un proceso de acompañamiento de las instituciones ante cualquier situación de este tipo que se presente a través de la Dirección de Bienestar Docente".

Por otro lado, adelantó estar trabajando en una serie de normas para garantizar su seguridad: "La directora general de escuelas está trabajando en una norma de acompañamiento y protección de los docentes, para generar condiciones que los hagan sentir tranquilos en sus trabajos y recuperar el respeto por parte de la comunidad".

En este sentido ya han mantenido reuniones con los diferentes organismos intervinientes para que los maestros se sientan seguros a la hora de hacer una denuncia: "Queremos que tengan una atención adecuada y que puedan manifestar los problemas sin que después tenga una reacción en contra", cerró.

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