La instalación en Santa Rosa de La Salada y su próxima apertura encendió la luz de alerta entre los comerciantes sanrafaelinos. Es que este centro de compras estará ubicado en la ruta 7, en el distrito de Las Catitas a más de 200 kilómetros aproximadamente de San Rafael, razón por la cual podrían disminuir las ventas locales.
Los bajos precios característicos de La Salada son el primer inconveniente con que se encuentran los comerciantes locales. Aun así muchos creen que la distancia seguirá siendo la traba para que la gente cambie de lugar donde realizar sus compras. "No es lo mismo caminar hasta el centro y comprar un pantalón que tener que contar con el dinero para viajar, además del que uno disponga para la adquisición que necesita", señaló Víctor, encargado de un local de ropa.
Por la ruta 153, que une Las Catitas con Monte Comán, la distancia es de 147 kilómetros, que a la vez se utiliza como vía no sólo para arribar a San Rafael, sino también para dirigirse hacia San Luis o Córdoba. Hasta el momento no hay ómnibus que realicen ese recorrido, así que sólo quien cuente con un vehículo particular o alquile una combi, por ejemplo, podrá ir de compras tras un viaje de un poco más de dos horas.
La Salada de Santa Rosa se está construyendo en etapas. En una primera instancia se levanta un edificio de 140 por 160 metros que albergará a unos 200 feriantes, en el predio propiedad de los dueños de La Salada y que abarca unas 58 hectáreas. Según manifestaron, tendrá un espacio para los puestos, como también para la instalación de una parte de la fábrica de ropa, junto a otros servicios, como un patio de comidas.
Para Hugo Urbisci, titular de la específica de Comercio, de la Cámara de Comercio, Industria y Agropecuaria de San Rafael, la entidad ya tomó una posición en 2012 cuando se debatía en qué departamento se instalaría, y continúa firme. "Estamos en contra de la instalación de este tipo de ferias porque son competencia desleal para los otros comerciantes que sí pagan además del alquiler, otros impuestos que en este lugar no", señaló Urbisci a Los Andes. Y agregó que posiblemente muchos comerciantes que van a comprar a Buenos Aires se van a ver beneficiados en los costos, al ir a comprar a Santa Rosa.
Aunque La Salada se instalará en Santa Rosa, a más de 200 kilómetros de San Rafael, para la Cámara afectará al comercio del sureño departamento, ya que esta actividad informal afecta a la economía en general, y a la vez a las finanzas del Estado, ya que no tributan impuestos ni tasas y tampoco generan empleo registrado.
En un comunicado difundido al enterarse del arribo de La Salada, integrantes de la Cámara expresan: "Nos basamos en el principio constitucional que establece que 'la igualdad es la base del impuesto y de las cargas públicas'; exigimos a las autoridades públicas que se respete dicho principio".
Mientras que para algunos comerciantes sería un problema, otros aseguran que "la gente se fija en la calidad y lo que venden estos lugares no es bueno". A pesar de ello, creen que quizás en los primeros tiempos puede ser que la gente viaje a comprar, especialmente aquellos que lo hacen para revender, a quienes les va a convenir ir a Santa Rosa en lugar de tener que hacerlo a Buenos Aires.
"Creo que podemos convivir todos. Ya se demostró con los vendedores ambulantes cuando se los colocó en los predios que están ahora; todos podemos trabajar igual", señaló Marta, dueña de un comercio.