La información surgió desde el Ministerio de Desarrollo de Brasil e indica que el intercambio comercial entre ese país y la Argentina cayó 24 por ciento en abril en relación con igual período del año pasado. Otro dato inquietante se centra en que se trata del “séptimo mes consecutivo de caída” del comercio total entre los dos países más importantes del Mercosur, agregando que las importaciones de productos argentinos tuvieron una caída, en ese período, de 27,3 por ciento.
Es muy factible que esa situación haya respondido a una baja en las ventas que se ha producido en la industria automotriz o en las dedicadas a electrodomésticos como consecuencia de la caída en el consumo que se advierte en los dos países, pero no deja de preocupar en el caso de Mendoza, en razón de que gran parte de la producción agrícola de nuestra provincia tiene como destino casi exclusivo a ese país.
De acuerdo con los datos que figuran en las páginas de ProMendoza, con fecha 2010, Brasil es el principal importador de los siguientes productos mendocinos: papas, por un total de 500 mil dólares; cebollas, por 14,4 millones; ajos, por 76,4 millones; zanahorias, por 259 mil; peras, por 25 millones; cerezas, por 1,2 millón; uvas secas, por 259 mil; ciruelas con carozo, por 9,4 millones; aceite de oliva, por 7,5 millones; jaleas y mermeladas, por 593 mil dólares, a lo que se suma el hecho de que ese país figura en tercer lugar de destino de los vinos argentinos enviados al exterior. De manera tal que cualquier inconveniente que se produzca en el intercambio comercial, puede afectar directamente a la provincia.
Debemos recordar además que existen antecedentes que señalan que, cada vez que la Argentina puso algún tipo de trabas para el ingreso de productos brasileños, como ocurrió en el caso del calzado, Brasil respondió de inmediato demorando el ingreso de productos argentinos, como sucedió con cargamentos de duraznos envasados o ajos que habían sido enviados desde Mendoza.
En todos los casos la situación fue solucionada, pero los costos derivados de las demoras terminaron afectando a los exportadores locales. A esos aspectos debe sumarse el hecho de que ese país suele adoptar medidas que tienden a la defensa de sus productores y en ese esquema debe señalarse que Brasil aún no ha suscripto el Protocolo Vitivinícola del Mercosur, por presión de los productores de la zona de Río Grande do Sul.
Autoridades argentinas y brasileñas ya han desarrollado reuniones en procura de modificar el esquema negativo en el intercambio, pero han hecho hincapié en el problema planteado con los autos y las autopartes, situación que puede impactar de manera importante en la producción y el empleo en los dos países, según se indicó oficialmente.
Esto determina que las autoridades provinciales deberán estar alertas a los efectos de que también se ponga en la balanza lo que sucede con la exportación de productos locales. Debemos tener en cuenta que el mercado interno en la Argentina está mostrando signos de retracción y que la situación se complicará superlativamente si se produce una situación similar con el principal mercado hacia el cual van dirigidos los productos mendocinos. Más aún cuando esa caída en las ventas tendrá una consecuencia inmediata en el mantenimiento y generación de empleos.
