Recientemente la Asociación Argentina de Carreteras (AAC), en la celebración del Día del Camino, declaró al reacondiconado y pavimentado tramo de la ruta nacional 40, en Mendoza, como la mejor obra vial interurbana del año.
El emprendimiento, que fue financiado por el Ministerio de Transporte, a través de Vialidad Nacional, a partir de una inversión superior a los $ 4.700 millones, consistió en la pavimentación de un nuevo tramo de la ruta 40, a lo largo de 140 km entre Pareditas y El Sosneado, en la región cordillerana de Mendoza. El nuevo corredor posibilita a los usuarios ahorrar más de una hora de viaje y acortar en unos 100 kilómetros el trayecto entre ambas localidades, que anteriormente demandaba el desvío a través de las nacionales 143 y 144.
La consideración para esa calificación parte de la reconocida AAC, entidad fundada en 1952, con los objetivos de trabajar en la defensa y promoción de las carreteras argentinas y fomentar el desarrollo de una red vial de calidad y que una a todo el país en forma ágil y segura.
El tramo de la emblemática ruta 40 era de ripio, de difícil tránsito en determinadas épocas del año. La pavimentación que se concretó en esos 140 kilómetros varió para siempre la forma de viajar en la región sureña. Con esa concreción se ve fortalecido el turismo regional, se optimiza el transporte de carga y el traslado de personas y mercaderías gana en seguridad.
El nuevo corredor constituye una vía de comunicación directa y segura para más de 4.000 usuarios por día, muchos de ellos provenientes de las ciudades de Mendoza y Malargüe. La nueva traza de la ruta 40 remplazó a la antigua y precaria ruta de ripio, que sólo podía ser transitada en determinadas épocas del año por vehículos de tracción 4x4.
El proyecto incluyó la construcción de 3 nuevos puentes: uno de 200 metros sobre el río Diamante; otro de 150 metros sobre el arroyo Hondo y, finalmente, uno de menores medidas a la altura del km 11.120.
La nueva ruta 40 contribuyó significativamente a la reducción de los costos logísticos ligados al transporte de cargas, beneficiando principalmente a las actividades del sur provincial ligadas a la actividad petrolera y minera.
Puede ser una distinción de carácter interno porque la nacional 40, denominada “Libertador General José de San Martín”, es una carretera cuyo recorrido se extiende desde el Cabo Vírgenes (Santa Cruz) hasta el límite con Bolivia en La Quiaca (Jujuy).
Este camino turístico y comercial corre paralelo a la cordillera de los Andes. Su longitud es de 5.211 km y recorre 11 provincias argentinas, atravesando estepas, lagos y ríos, glaciares, bosques andinos, desiertos, valles fértiles, puna, cañones, cornisas y montañas. El tramo mendocino de la 40, en el límite con San Juan, en el departamento de Lavalle, a Neuquén, es de 616 kilómetros.
Toda esa extensión de 616.000 metros está asfaltada con excepción del segmento comprendido entre Bardas Blancas (Malargüe)-Barrancas (límite con Neuquén, de unos 122 kilómetros). Esta pavimentación pendiente en el extremo sur de la provincia es una gran aspiración, pero por ahora está frenada.
Otra meta provincial dentro de la 40 es la materialización de la doble vía entre Mendoza y San Juan, anunciada en 2016, pero que quedó atrapada en la crisis económica y la reducción del presupuesto de infraestructura vial. También se mantiene vigente otra gran aspiración: la doble vía desde Tunuyán a San Rafael para mejorar la conexión interna entre el Norte y el Sur.
Esta materialización de la ampliación de trochas a partir de la ciudad de las manzanas es un proyecto muy conversado y hasta -en parte- licitado, pero que nunca se concretó. La iniciativa de los “cuatro carriles” está estancada, tanto en el tramo que proyectaba extenderse desde Tunuyán al sur, como la propuesta de hacer una parte entre San Rafael y General Alvear.