El lunes pasado, minutos antes de las 18, los alumnos de 7° de la escuela Manuel Dorrego (El Carrizal) se bajaban del 850 en la Terminal. Y acompañados por sus padres y algunas maestras, completaron a pie el trayecto que los separaba de la Legislatura. Muchos no sabían dónde quedaba, y ni siquiera habían caminado alguna vez por la Peatonal Sarmiento.
Pero esa primera vez fue motivo de orgullo, emoción y parte de una tarde que jamás olvidarán. Porque recibieron el primer premio del concurso FamiliarizArte (organizado por la Red Mendocina de Familia y Vida) por tres murales que hicieron en la escuela.
“Estamos muy emocionados por haber sido elegidos. Lo mejor es que todos trabajamos mucho, y lo hemos disfrutado. El primer premio es una bajada en rafting, y estamos muy contentos porque nunca lo hemos hecho”, coincidieron con timidez los pequeños artistas.
“Lo que se buscó valorizar es el mensaje de la familia, expresar a través de un mural los valores familiares. Porque muchos de ellos se están perdiendo”, sintetizaron la maestra de Artes Visuales, Laura Villarreal, y la directora de la escuela, Patricia Conti. Fueron ellas quienes enviaron las fotos de los trabajos para el certamen.
El premio es una bajada en rafting para todos los chicos.
Manos a la obra
Nicole Martínez, Cintia Mamaní, Julieta Balcas, William Méndez, Mauricio Lescano, Pablo Rodríguez, Alexander Janco, José Mamaní y Hernán Espíritu son los 9 alumnos premiados por los 3 murales que reciben a cualquiera que llega a esta escuela rural, tras completar 8 kilómetros por calles de piedras y tierra.
“Primero hicimos bocetos, cada uno de nosotros en distintas hojas, con ideas que iban saliendo. Queríamos hacer algo que identifique la zona en la que vivimos. Por eso dibujamos nuestras casitas y las líneas simbolizan los surcos. También hay cactus, que es una planta característica de Mendoza”, se explayaron al explicar el primer mural.
En la obra sobresale la leyenda “Queremos un mundo lleno de amor”. “Una sociedad es mejor cuando hay amor", acotó Cindy, quien bautizó al grupo como “los hijos de Dalí”.
El segundo mural también representa un paisaje de esa zona de El Carrizal, aunque en este caso nocturno: “Dibujamos estrellas y pintamos con colores más oscuros, justamente porque es de noche”.
"Lo que se buscó expresar son los valores familiares, porque muchos de ellos se están perdiendo." Laura Villarreal, docente de Artes
La preparación y realización de estas dos obras les llevó casi un mes, mientras que el tercer mural -en un módulo aparte de la escuela- les tomó apenas una mañana. “Acá ya estábamos todos con más cancha”, acotó la docente.
En este trabajo los protagonistas son un grupo de pájaros dibujados y la frase “Las personas son como las aves: son diferentes en sus vuelos, pero iguales en su derecho a volar”. “Quisimos plasmar la idea de que somos todos iguales, y tenemos los mismos derechos”, explicaron.
Muchos de los chicos ya se animan a soñar en grande -¿por qué no?- y hasta se ven pintando incontables murales de ahora en adelante, ya con técnicas mas perfeccionadas. E incluso, dedicando sus vidas al arte. “Lo que más nos gusta es que tenemos muchísimo espacio, muchísima libertad en los murales”, dijeron.
Poder ir a la premiación no fue fácil para los chicos de la escuela Dorrego. Al no contar con un transporte, el empuje y sacrificio de los padres fue fundamental: “Un papá fue buscando a los chicos en su camioneta por las casas y los llevó a la ruta, y ahí tomamos el colectivo. Nos bajamos en la Terminal y de ahí caminamos hasta la Legislatura”.
“A la escuela asisten 87 chicos del nivel inicial y primario, hijos de quienes trabajan y viven en las chacras de la zona. Todos los días, a las 8, llegan en 2 colectivos que los pasan a buscar. Acá almuerzan y tienen jornada extendida”, indicó la directora.