Desde el martes pasado, el predio verde de Azcuénaga y Chiclana pasó a denominarse José Humberto Ferri en reconocimiento al primer maquinista de trenes de pasajeros que completó el tramo Ciudad de Mendoza - Luján de Cuyo.
A partir de ahora, este espacio que viene albergando grandes acontecimientos como los recitales de Calle 13, Miranda! y Soledad tiene nombre propio.
El acto estuvo colmado de momentos emotivos. Comenzó con una representación de la época a cargo del Ballet Folclórico Municipal dirigido por Carlos Morales y con la colaboración de Actores Unidos Luján.
Luego fue el momento de las palabras alusivas a cargo de la nieta Mariela Cuchieti que agradeció el homenaje y el reconocimiento, recordando y trayendo a memoria algunas anécdotas de su abuelo junto a las vías del tren.
El intendente Carlos López Puelles dijo tener una alegría enorme "por el significado que tiene esto para la familia Ferri y para todos los lujaninos". Dio gracias por "dejarnos ser parte de esta historia que marca la identidad del departamento" y se ilusionó con que en corto tiempo "la estación empiece a tener movimiento ferroviario", haciendo directa alusión al proyectado tramo del Metrotranvía.
Una placa recordatoria
Las emociones llegaron sobre el cierre del acto conmemorativo cuando Berta, la esposa de José, con sus 92 años descubrió las placas recordatorias que pasaron a darle nombre al ex predio del ferrocarril. Ante las reiteradas palabras de agradecimiento, rompió en lágrimas e inclinó su mirada hacia el cielo. Seguramente en busca de un abrazo contenedor.
El diácono Natalio Ferri, hijo de José y también maquinista décadas pasadas, se encargó de bendecir la ceremonia.
Un operario entre cortesías
José Humberto Ferri nació en 1890 e ingresó como foguista del ferrocarril Gran Oeste Argentino en 1907, alcanzando en poco tiempo el cargo de maquinista. Fue quien trajo el tren de pasajeros en la inauguración del tramo Ciudad de Mendoza-Luján de Cuyo, pasando por la estación de Mayor Drummond.
En 1923 pasó a ser maquinista del tren Trasandino, teniendo como el pasajero más destacado al príncipe de Italia, Umberto de Saboya, quien pasó por la Municipalidad lujanina en una visita de cortesía. Este integrante de la corte italiana tomó baños en las Termas de Cacheuta y siguió viaje a Chile.
José dejó en sus hijos toda una herencia de ferroviarios y de ejemplos de trabajo, solidaridad y compromiso con el prójimo.