Precios cuidados, otro camuflaje

Mientras se siguen tomando medidas confusas, la inflación sigue su curso destruyendo la moneda y el poder adquisitivo de las familias. La Argentina ya ocupa el cuarto lugar de los países con inflación.

Precios cuidados, otro camuflaje

En el enésimo intento de ocultar lo que está a la vista de todos, la inflación, el Gobierno puso en funcionamiento un programa que llamó “precios cuidados”. Algo así como una manera más civilizada de los precios “controlados a gritos y palos” del inolvidable ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno.

Pero el espíritu, la idea subyacente es la misma. La convicción de los funcionarios kirchneristas de que ellos pueden sustituir el funcionamiento de los mercados, determinar correctamente los precios y que esos beneficien a los consumidores y no afecten la producción y la comercialización de los bienes, desde luego se trata de un propósito imposible de lograr, como ya lo han mostrado hasta el cansancio “cuatro mil años de controles y congelamientos de precios”.

El programa no sólo está destinado al fracaso como instrumento para contener la inflación sino que, además, incrementa notoriamente los costos de producción de las empresas. Alguien debería mensurar el disparate económico que ha significado el continuo cambio de envases, etiquetas, presentaciones de un mismo producto para eludir las políticas de controles y fijación de precios. Costos inútiles e innecesarios que siempre recaen sobre el bolsillo del consumidor.

El programa presentado hace tres meses constaba de un listado del alrededor de 200 productos que ahora, en un nuevo lanzamiento (dado el éxito obtenido según los funcionarios), se ampliará a una lista de 300 productos. Como en otras oportunidades, el acuerdo se hace con los supermercados que, según se informa, ahora incluirá a los “supermercados chinos”, institucionalización de una curiosa denominación por nacionalidad que no se aplica al resto de los comercios. Según el anuncio del ministro Axel Kicillof y del secretario Augusto Costa, el listado incluye alimentos, bebidas, artículos de almacén, limpieza y librería.

Los precios cuidados, según la siempre abundante publicidad, deberían ser cuidados por los consumidores, para limitar el siempre ilimitado afán de lucro de los empresarios. Ahora, al parecer, ser van a incorporar “escuadrones” de jóvenes siempre bien pagados, de “La Cámpora”, agrupación que cada día coloniza, para satisfacer su propio afán de lucro, mayores porciones del aparato estatal que solventan los sufridos contribuyentes.

Hay algunos hechos concomitantes que llevan a cierta confusión a la opinión pública sobre estos temas. Por un lado, la incorporación de nuevos productos a la lista llega con autorizaciones de incrementos de precios, según el criterio Moreno-Costa de decidir qué sube y qué no, aunque según algunas voces empresarias, ahora con modales más educados y mayor burocracia.

Así por ejemplo las empresas, individualmente en el caso de las de mayor tamaño, elaboradoras de productos de consumo masivo o a través de las Cámaras que las agrupan en otros casos, deben presentar a las autoridades económicas un interminable listado de datos de la contabilidad de las empresas, sus programas de inversión e incrementos de la planta de personal previstos para los próximos dos años; proyectos de nuevos productos, exportaciones, importaciones, etc.

No es necesario recordar las numerosas oportunidades en que los funcionarios del Gobierno, comenzando por la Presidenta, han usado esa información para presionar o ridiculizar a empresas y empresarios. Estos también han dicho que, con esa información, resultaría fácil practicar el espionaje industrial.

Pero todo este trabajo adicional tiene costos para las empresas y totalmente inútil para detener la inflación que obedece a otras causas, como lo hemos dicho hasta el cansancio en esta columna. Para la sociedad todos estos procedimientos tienen doble costo porque, además de pagar el de las empresas, debe pagar el descomunal crecimiento de la burocracia dorada (por lo bien remunerada) creada por el gobierno nacional para “analizar y procesar” el cúmulo de la información requerida.

Mientras, la inflación sigue su curso destruyendo la moneda y el poder adquisitivo de las familias. Los números son elocuentes: Argentina ocupa el cuarto lugar de los países con inflación más alta durante 2013. Venezuela 40,7%; Sudán 36,5%; Irán 35,2%; Argentina 28,3% (índice Congreso).

Con el “sinceramiento” del índice comenzado en enero seguramente vamos subir en el ranking.  Según Evaluecon llevamos 12,8% en el primer trimestre de este año en Mendoza. Los índices que miden precios de alimentos están bastante por encima de esos valores. “Precios cuidados”, puro camuflaje.

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